El secreto de Da Vinci descubierto por un gijonés

El secreto de Da Vinci descubierto por un gijonés

AM ofrece a sus lectores este apasionante estudio del asturiano Eladio de la Concha, cuyo desarrollo completo pueden conocer en http://www.triptico-davinci.com/

 

Por Eladio de la Concha.- Con el presente trabajo se pretende finalizar con el debate abierto sobre la utilización o no de la Proporción Áurea por parte de Leonardo da Vinci en sus obras.

Hasta la fecha la ortodoxia y la heterodoxia han venido manteniendo posiciones contradictorias, sino enfrentadas sobre dicha aseveración.

Hasta la fecha parece pacíficamente admitido que Leonardo utilizó dicha proporción en su estudio del Hombre de Vitrubio, así como que colaboró con Luca Pacioli realizando los gráficos del libro llamado “La Divina Proporción”, nombre que incluso algunos afirman fue otorgado por el propio da Vinci.

Con menos unanimidad pero bastante admitido es su uso en el rostro del cuadro más conocido del autor florentino “La Gioconda” o “Mona Lisa” e incluso hay quien asevera que también fue utilizado en “La Última Cena”.

Este primer trabajo que presento carecerá prácticamente de palabras y simplemente constará de imágenes de algunas obras de Leonardo y de parte del estudio efectuado sobre ellas con la proporción áurea, que considero serán entendidas por cualquier espectador con su simple visión.

Se presentan obras datadas más de veinte años de la llegada de Pacioli a la Corte de Milán, lo que demuestra que Leonardo era plenamente conocedor desde sus primeros trabajos de esta proporción y que la aplicó en sus trabajos de la misma manera que el Creador la había aplicado en toda la Naturaleza, tanto en el microcosmos como en el macrocosmos, desde una pequeña célula, hasta una galaxia y por qué no todo el Universo, el artista lo hizo así en su trabajo.
El estudio se comienza por lo más sencillo que es el rostro. En el Hombre de Vitrubio se establece de forma concreta el patrón que se sigue en el conjunto de su obra que no es otro que la Proporción áurea.

Fijándonos ,a modo de ejemplo, en el cráneo y cara vitrubiano, observamos que se marcan con líneas horizontales unas determinadas partes; el inicio de la cabeza, nacimiento del pelo, arco superciliar, nariz, mentón. Los ojos y bocas serán también elementos a tener en cuenta de comprender la norma por la que se rige su trabajo.
En el estudio realizado, observaremos algunos de los rostros más conocidos de su obra y todos ellos de forma milimétrica se ajustan a esta norma , si bien habrá que tener en cuenta que cuando el retrato no es frontal debemos ajustar la norma áurea a la concreta posición del perfil.

La plantilla áurea empleada en el trabajo facilita la observación para cualquier profano, si bien hemos destacado en colores algunas de las principales referencias que, por evidentes, no dejan duda a posibles interpretaciones, debiendo entenderse la norma como un recorrido invisible o esqueleto de líneas proporcionales bajo la pintura que se contemple.
Este patrón ha sido utilizado en la obra de Leonardo de tal modo que cada tramo estudiado lo contiene.

La norma áurea empleada tiene la sorprendente cualidad que nos encontremos la misma proporción múltiples veces en el mismo cuadro, tanto en elementos concretos, como en una composición parcial como en su totalidad.

Un efecto buscado es el que podríamos denominar como “profundidad áurea”, de tal manera que el autor jugando con la misma proporción, fija referencias de mayor a menos , o viceversa, en cuyo recorrido las líneas del esqueleto áureo se detendrán en elementos esenciales de cada pintura.

Incluyo en esta modesta presentación el cuadro propiedad de mi familia ya que el mismo contiene las mismas características en su ejecución que el resto de la obra.

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