Yayoi Kawamura abre Oviedo San Mateo

Yayoi Kawamura abre Oviedo San Mateo

 

Retazos de historia y mucho arte ovetense. Así ha sido el pregón de San Mateo 2019 que acaba de comenzar. A las ocho de la tarde, una plaza del Ayuntamiento repleta de gente, esperaba ansiosa las palabras de la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, Yayoi Kawamura, la pregonera. Minutos antes, en el salón de plenos, la Corporación municipal encabezada por el Alcalde, Alfredo Canteli, daba la bienvenida a la Reina de las fiestas, Beatriz Chacón, y las Damas de Honor, Laura María Solís y Mara González. También a la primera surfista invidente española en el Mundial de Surf Adaptado, Carmen López, responsable de lanzar el chupinazo.
Los acordes de la Banda de Música Ciudad de Oviedo precedían a las palabras del presentador, Alfredo Vallina. Minutos después salía al balcón Yayoi Kawamura que reclamaba con un “¡Atentos! ¡Atentos todos!” las miles de miradas del público.
“El viento del este y el viento del oeste soplados por los dioses Euro y Céfiro se han puesto de acuerdo para enviar a Oviedo un barco lleno de júbilo que se llama las Fiestas de San Mateo. Más antes..." dijo, “escuchad una historia. Reinando España Carlos V, emperador, en 1523, el pregonero de la ciudad, mi homólogo, dijo "¡Vecinos de Oviedo, salga una persona de cada casa con una caldera o ferrada para echar el agua acumulada del Fontán fuera a la calle abajo so pena de 60 maravedíes!" 
"Era un pregón de un bando municipal cuando el Fontán era una insalubre ciénaga. Aquel pregón se pronunció en la antigua casa consistorial ubicada en la Calle de la Rúa; situado intramuros, y flanqueado y rodeado de nobles casas de los señores, algunos caballeros de la orden de Santiago, otros de la de Calatrava o Alcántara. Oviedo era, y es, mucho Oviedo. Pero aquel Ayuntamiento de la calle de la Rúa representaba una ciudad aún medieval amurallada que miraba siempre hacia dentro, a su propio ombligo.  Sin embargo, este edificio consistorial, desde cuyo balcón, hoy tengo el gran honor de pronunciar el pregón de las Fiestas de San Mateo 2019 –acompañada de cuatro jóvenes mujeres valientes, luchadoras y vencedoras: Carmen, Beatriz, Laura y Mara—, pues este edificio se levantó en el siglo XVII a espaldas de la muralla medieval, dirigiéndose hacia fuera de la ciudad. Este edificio, modernísimo en aquel entonces, se convirtió en la nueva cara de una metrópoli moderna, para recibir a los forasteros que llegaban a Oviedo, y que siguen llegando”.  
La pregonera recordaba cómo “aquellos forasteros que llegaban a Oviedo este edificio del Ayuntamiento les resultaba amable, e incluso reconfortante. ¿Por qué? ¡Imaginad! ¿Qué encontraban? ¿Acaso una robusta, amenazadora y defensiva muralla y su puerta? ¡No! Una arcada permeable que se abre ante los forasteros y que los acoge y los introduce hacia el interior.  Esta bella fachada con arcada clásica es la materialización del inicio de un nuevo espíritu de la ciudad de Oviedo, que sigue vivo en el siglo XXI. La ciudad tenía que expandirse hacia fuera y mirar al exterior, y ser inclusiva, como hacemos hoy.  A continuación, los ovetenses consiguieron desecar el pantanoso lugar del Fontán, y empezaron a construir casas en la zona. ¿Cuál fue la primera? Las conocidas Casas del Arco de los Zapatos; entrañable edificio para los ovetenses y forasteros, que resiste como un pequeño héroe a las contrariedades del paso del tiempo. Ese edificio fue promovido ¿sabéis por quién? por la cofradía de la Balesquida".  
"Los sastres, bordadores, cordoneros y más profesionales afines se agrupaban bajo el amparo espiritual de Nuestra Señora de la Esperanza de la cofradía de la Balesquida, que continúa estando entre nosotros en su capilla, y cuya fiesta seguimos celebrando como Martes de Campo, repartiendo el "bollu preñau" y el vino, igual que el día de San Mateo, con un indecible espíritu de fraternidad y comunión. Por cierto ¿cómo lo llamamos? ¡el "bollu preñau"! una fantástica expresión que hace una gracia tremenda a todos los forasteros. El bollu de pan que está preñau! Preñau de chorizo!  Un gran misterio... La zona pantanosa del Fontán pronto se convirtió en una amplia plaza, la Plaza del Fontán. ¿Pero para qué? Pues precisamente para organizar fiestas! Como dice un documento del siglo XVII, allí se celebraban "las fiestas de toro, sortija, comedia pública u otro sarao y fiesta.  Pues las ganas de disfrutar de fiestas siempre existieron entre los vecinos, como las que hoy tenemos en vísperas de la Semana Grande de San Mateo, y que continuarán durante toda la semana”. 
A juicio de Yayoi Kawuamura “ los ovetenses han creado una cadena de fiestas a lo largo del año. El año se inicia con la fantástica Cabalgata de los Reyes. El frío invierno lo rompemos con las carcajadas del Antroxu, calentando el cuerpo con el pote asturiano, con buena morcilla asturiana que no falte! La de Mari Carmen es la mejor! La llegada del buen tiempo la anuncian La Feria de la Ascensión y el Marte de Campo. El día más largo lo celebramos con las hogueras de San Juan, y el verano se despide con las fiestas de San Mateo, que se cierran con la tradicional romería del Cristo de las Cadenas. Pero aún queda otra muy importante: ¡la del Desarme! en el que la gastronomía es la protagonista. Con una buena ración de garbanzos y callos rematada con el arroz con leche preparamos el tejido graso hipodérmico para el invierno, que suena muy científico ¿verdad?, en román paladino, los temidos "michelines". Las ganas de fiestas al final de la temporada veraniega explotan durante la Semana Grande, y la ciudad luce sus mejores galas y la gente sabe compaginar las fiestas con sus tareas. Habrá música, habrá baile, habrá teatro, habrá vino, habrá sidra –que pronto será Patrimonio de la Humanidad —! y sobre todo ¡habrá el buen rollo en Oviedo! Nuevas personas nacen aquí y llegan de fuera, y todos somos vecinos y ciudadanos de Oviedo, que cumplimos nuestros deberes y disfrutamos de nuestros derechos de ser ciudadanos, y a partir de esta noche, lo haremos participando en las fiestas de San Mateo". 
Además, subrayó la docente, "las fiestas son para todos, para los que viven en Oviedo y para los que vienen a Oviedo a disfrutarlas, siempre con la sana alegría respetándose unos a otros. Desde luego, ¡Fuera las manadas! No las toleraremos" y un sonoro aplauso interrumpió su discurso. 
"Daremos envidia o quizás provocaremos morriña, como dicen los gallegos, a los que no puedan estar estos días en nuestra ciudad pero que llevan en su corazón a Oviedo, que no son pocos. Pues ¡Vamos a disfrutar de las fiestas, las fiestas de San Mateo de Oviedo! para eso no se necesitan ocho apellidos ovetenses. Los chiringuitos ya están ahí!! Bien, Todos ¡a las fiestas, las fiestas de San Mateo!”, concluyó la pregonera para dar paso a las palabras del Alcalde.

Ya en el balcón, Alfredo Canteli, se dirigía a  los asistentes asegurando: “estas son mis primeras fiestas de San Mateo como Alcalde. Hemos hecho un gran esfuerzo para llegar aquí con un programa muy variados, en diversos escenarios, por y para todos. Y no fue fácil porque cuando llegamos no estaba nada hecho. Solo me queda desearos que seáis muy felices, hoy y siempre”. 
Dentro del salón de plenos, tras el chupinazo y los acordes del Himno de Asturias, interpretados por la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, bajo un cielo de confeti azul y blanco, la reina y damas recibían de manos del regidor una placa y un ramo de flores. También la encargada de lanzar el chupinazo, pero la de ella en lenguaje braille, que Carmen López leyó emocionada. El brindis cerraba la ceremonia de apertura de las fiestas. Llegaba el momento de visitar los chiringuitos. Y así arrancaba San Mateo. 

 

 

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