El Oviedo llegó tarde a Andorra (81-51). Cuando se dieron cuenta de que estaban jugando un partido de baloncesto, los de Alfredo Riera estaban siendo aplastados por los locales. No había actitud, ni concentración, ni nada. Se dejó jugar muy cómodo al rival, algo que Alfredo Riera había advertido que no debían hacer, y Andorra aceptó todos los regalos. La falta de defensa permitió a los locales anotar con facilidad. Las pérdidas de balón fueron continuas y sólo en el segundo cuarto se enmendó un poco el juego.

La entrada de los Macía pareció dar en algunos momentos otro aire al equipo y Shawn Lewis también pareció estar entonado. Un parcial de 1-11 permitió al Oviedo meterse en el partido y recortar la ventaja hasta los diez puntos con que se fueron al descanso (37-27). El regreso a la pista permitió recortar otros dos puntos de mano, pero Andorra se hizo con un parcial de 7-0 que estableció de nuevo una diferencia cómoda. Y a partir de ahí, el desastre.

Un calco del primer periodo, con un equipo plano, incapaz de plantar cara y que tan sólo logró anotar 8 puntos. Con 26 de ventaja, Andorra ya no tenía que esforzarse mucho en el último cuarto, en el que llegó tener 30 de diferencia (35-65). Los últimos minutos les permitieron dosificar fuerzas ante un Oviedo destrozado.

River Andorra 81: Leroy Cage (8), Isma Torres (13), Antón Maresch (2), Pablo Sánchez (5), Fede Bavosi (10) –cinco inicial-, Eduard Jiménez (11), Devin Wright (4), Jon Santamaría (6), Albert Farfán (1), Daniel Marín (6), Gastón Diedhiou (0) y Dmitry Flis (15).

Oviedo Baloncesto 51: Bryan Le Duc (5), Howard Brown (5), Mamadou Diarra (8), Agustín Prieto (5), Rubén Suárez (0) –cinco inicial-, Adrián Macía (0), Álex González (8), Diego Pérez (0), Héctor Macía (6), Shawn Lewis (8) y David Ortega (6). Parciales: 28-10; 9-17 (37-27); 24-8 (61-35); 20-16 (81-51). Árbitros: Fernando Rupérez Vielba y Sergio Manuel Rodríguez. No hubo excluidos.