El cine más sorprendente del año en la tercera edición de la Competición Especial Rellumes

El cine más sorprendente del año en la tercera edición de la Competición Especial Rellumes

La tercera edición de Rellumes abre la competición al cine más insólito del año. El público del 49 FICXixón, que elegirá de nuevo con sus votos a la película ganadora, dispondrá de diez miradas que recorren el panorama cinematográfico internacional, y se erigen en una alternativa a la Sección Oficial del propio Festival, tomando como referencia la Quincena de los Realizadores de Cannes o la sección Orizzonti de la Biennale di Venezia.

 

Los títulos de Rellumes dan una vuelta de tuerca a los temas convencionales y descubren en ellos una frescura inusual, títulos de cinematografías tan alejadas como las de Congo, Australia o Tailandia, o películas que sustentan el fuerte empuje del Este, con películas como Avé, Eighty Letters y Punk’s Not Dead. Esta sección también muestra los trabajos de jóvenes promesas del cine europeo como Celine Sciamma o Jessica Krummacher, y de un maestro como Aleksey Balabanov que presenta en Gijón su última película, The Stoker. El cine español estará representado por el documental  Hollywood Talkies, dirigido por Oscar Pérez y Mía de Ribot.

 

Hollywood Talkies es un documental surgido del Máster en Documentación de Creación de la Universidad Pompeu Fabra. Producido por Luis Miñarro (ganador de la Palma de Oro en Cannes 2010), fue presentado en Venecia y rescata la historia de los actores españoles que en los años 30 emigraron a Hollywood para protagonizar versiones en nuestro idioma de las películas que se hacían en Estados Unidos, y que regresaron años después, sin pena ni gloria, a un país inmerso en una guerra civil. 

 

Aleksey Balabanov (Ekaterimburgo, Rusia, 1959) se alzó con premio al mejor director en el 45 FICXixón con la áspera Cargo 200 y la 47 le dedicó una retrospectiva que se convirtió en uno de los éxitos de aquel certamen. El realizador regresa ahora a Gijón para competir con su último largometraje,  The Stoker, una visión inquietante y violenta sobre la desintegración de la URSS a través de la vida de un veterano de Afganistán jubilado que se encarga de mantener la caldera de un viejo edificio de San Petersburgo la cual,  además, es la incineradora doméstica de un mafioso. La película llega al festival tras pasar por Rótterdam y recibir dos premios del GoEast de Cine de Europa Central y del Este y varias nominaciones a los Nika del cine ruso.

 

El brío del nuevo cine del Este aparece nítido con títulos como Eighty Letters, de Vaclav Kadrnka (Zlín, República Checa, 1973), película que pasó con éxito por Berlín y Karlovy Vary, y que venció en el festival Finále. El director utiliza fuentes propias para rodar este retrato realista del ambiente de los años ochenta: la correspondencia que se intercambiaron su madre y su padre cuando éste se marchó a Reino Unido a trabajar, y las vicisitudes que pasó un Vaclav adolescente hasta que la familia pudo volver a reunirse.

 

Vladimir Blazevski (Skopje, 1955) se estrena en Gijón con Punk’s Not Dead, candidata al Oscar por Macedonia a la Mejor Película en Habla no Inglesa y ganadora en la última edición de Karlovy Vary. Esta comedia negra muestra los esfuerzos de un punk entrado en años por volver a reunir a su antigua banda para un último bolo.

 

Y de Bulgaria llega el primer largometraje de Konstantin Bojanov, Avé, película descubierta en la Semana de la Crítica de Cannes y que se llevó el Premio Especial del Jurado en Sarajevo. Ambientada en Bulgaria, y a caballo entre una road movie y una historia de flechazo fortuito, el director pone en el camino de la manipuladora Avé, escapada de su casa con 17 años, a un   impresionable chaval, autoestopista accidental.

 

La competición también acogerá el último largometraje de una de las promesas más firmes del cine francés: Celine Sciamma (Pontoise, Francia, 1980), coguionista de Ivory Tower, título muy aplaudido en Rellumes el año pasado. La directora, que consiguió una nominación a los Cesar por su ópera prima, Naissance des pieuvres, convenció en Berlín con Tomboy,  logrando el Premio Teddy del Jurado. El título hace referencia a las niñas o adolescentes a las que les gusta comportarse como chicos, y da una vuelta de tuerca a la aplaudida Boys Don’t Cry, por la que Hilary Swank se llevó numerosos premios, entre otros, a la Mejor Actriz en el FICXixón además del Oscar.

 

Rellumes también acogerá a otra joven promesa del cine europeo, Jessica Krummacher y su ópera prima Totem, que participó en la Semana de la Crítica de Venecia. Siguiendo las líneas trazadas por directores como Michael Haneke o Harmony Korine, la realizadora alemana retrata la rutina de una excéntrica familia del Ruhr a través de la mirada de una nueva criada.

 

Y si el nuevo cine del Este pisa fuerte, no le van a zaga filmografías de otros continentes, como Viva Riva!, de Djo Tunda Wa Munga, primera producción de la República Democrática del Congo, que tras conseguir el reconocimiento de la crítica en Berlín, BAFICI y Toronto, logró seis premios de la Academia Africana y un MTV. El debut de Djo Tunda, único productor de cine de Kinshasa,  es un excitante largometraje sobre los bajos fondos de la capital congoleña, con una poderosa banda sonora con sonidos tradicionales y vanguardia electrónica local.

 

Y de los gángsters de Kinshasa a los de una comunidad aborigen en Nueva Gales del Sur, de la mano del australiano Ivan Sen (Queensland, 1972). De sangre gamilaroi, este director premiado en Berlín y Clermont-Ferrand presenta en el FICXixón Toomelah tras pasar por Un Certain Regard de Cannes, historia focalizada en un niño de diez años que vive en una reserva aislada y que aspira a formar parte de la mafia local.

 

Desde Tailandia llega Kongdej Jaturanrasmee y su aplaudida P-407, que pasó con nota por el Orizzonti de Venecia y está considerado uno de los mejores filmes asiáticos del año y se está convirtiendo ya en un fenómeno de culto. Historia llena de inesperados giros narrativos en la que el director propone una reflexión alrededor del poder de la imaginación para convertirse primero en memoria y más tarde en verdad, y lo hace a través de dos personajes grises que se cuelan en casas ajenas para tomar prestadas las vidas de otros por unas horas.

 

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