Mediterraneo, aguas turbulentas

Mediterraneo, aguas turbulentas

Por Manuel García Linares.-Según la organización mundial de la salud, 224 millones de seres humanos padecen las hambrunas en Äfrica
África, siempre misteriosa, el continente negro; deseado por todas los imperios y potencias occidentales que la fueron colonizando y parcelando para imponerles las culturas de la civilización de los descubrimientos, a la vez que se aprovechaban de sus riquezas o se explotaban los pueblos indígenas con “negreros” y comerciantes de vidas humanas, sin escrúpulos, que entraban a saco en las aldeas llevandose a sus habitantes, en peores condiciones que el ganado, para venderlos en subastas y con frecuencia eran adquiridos para llevarlos a trabajar cortando caña para los de ingenios azucareros o para los cafetales, al otro lado del Atlántico en la, recientemente descubierta, tierra americana. Las metrópolis aportaron diversos avances de sus culturas pero no prepararon estas naciones para una ordenada descolonización que, con frecuencia, era forzada violentamente, quién no recuerda el movimiento revolucionario del mau-mau, rodeado de leyendas en los años cincuenta, y así se iban logrando las independencias, quedando, en muchas ocasiones, en un estado calamitoso al frente del cual se colocaban corruptos caciques, sin orden ni concierto, pero recibiendo dinero y armas del “civilizado mundo occidental”, quienes con estos negocios potenciaban nuestro “estado de bienestar” dejando en las antiguas colonias hambre, miseria y muerte.


Cientos de millones de seres humanos viven en África en una situación de pobreza extrema, la mayoría, no llega ni a un dólar al día y las cifras van aumentando de forma alarmante duplicandose en estos últimos veinte años.
Conociendo o leyendo algo sobre estas aterradoras cifras, ¿ de que podemos sorprendernos ?. Nos invaden arrastrados por las hambrunas y empujados por las guerras, saltan a miles sobre pateras para llegar a las costas de la “tierra europea de promisión” o para perecer en las aguas del Mediterráneo, al fin y al cabo esto sería un alivio, cuando lo único que tienen que perder es una miserable vida de hambre y penuria. Los éxodos, por este motivo se repiten desde el principio de los tiempos y no hemos sido capaces a darles una solución; solamente las guerras han sido utilizadas con este fin, exterminando aquello que nos molesta. Los relatos bíblicos de la huida de Egipto o las historias de los cruzados, cristianizando a los “infieles” para evitar tragedias mayores por las hambrunas de la edad media.


Está bien conmoverse, solidaria y humanitariamente con obras de caridad hacia las necesidades de los seres que llegan en esas pateras o en cayucos, pero esto no es labor de “caridad” ni de oenegés, esto es labor de los responsables gubernamentales del mundo desarrollado y para ello debemos de tener presente las imágenes de hace, apenas setenta años cuando se trataba de buscar algo de comida entre los cascotes y ruinas de una de las más cruentas guerras...pero que ya la hemos olvidado porque nuestra “memorias histórica” es selectiva y va dirigida hacia otros intereses.
No entiendo como esas potencias que hace menos de un siglo colonizaban, aún, el continente africano hoy no se ponen en marcha para llevar a cabo un programa de desarrollo en estas naciones ayudándoles a producir sus alimentos en vez de venderles armas tratando de destruirlos. Hoy por hoy nuestra “Europa de los mercaderes”, no solamente no ha sido incapaz de ayudar a que se desarrollen los pueblos que padecen las hambrunas, sino, que deslumbrados por nuestro estado de bienestar, nos ha dejado a griegos, italianos y españoles solos frente al éxodo del hambre y la miseria que llegan a nuestras costas sin que tengamos una policía comunitaria de fronteras y que ahora queramos la vieja solución de los “guetos”.


El Mediterráneo se ha convertido en un mar de aguas turbulentas y en sus aguas me imaginos a monstruos que nos son ni más ni menos que las imágenes de los responsables políticos, que en vez de dar soluciones, se alimentan, en su egocentrismo, de la miseria de los demás, amparándose en las “imágenes para la noticia” con máscaras de hipócritas palabras de solidaridad..
Europa está siendo asediada por las guerras,el hambre, y la miseria y la figura del nuevo caballo de Troya que se usará para invadirnos, serán los cayucos y las pateras...quizás con toda la razón.

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