En ningún país del mundo se discute ya la necesidad de contar con herramientas tecnológicas para hacer frente a la inseguridad. El delito muta y se expresa de forma compleja, dinámica y global. No reconoce fronteras ni jurisdicciones y, en ocasiones, se muestra sofisticado.
Las respuestas, tanto para prevenir como para desplegar una adecuada investigación y poner a disposición de la Justicia a los responsables, deben ser contundentes.
En nuestro país, la aplicación tecnológica en políticas de seguridad quedó
asociada a la instalación de cámaras en la vía pública y en unidades móviles. Es la imagen que primero se presenta. Son herramientas que han dado un muy buen
resultado, tanto en la prevención como en las pruebas y pistas obtenidas, luego
imprescindibles para la resolución de la investigación. Sobre todo a escala municipal, pero en coordinación con provincias y Nación. Incluso, bien podemos convenir que todavía hay mucho potencial en esa metodología. De hecho se avanza en la complejidad de los centros de monitoreo, aumenta la cantidad de cámaras, y se perfecciona el sistema de interconexión con las fuerzas de seguridad. Sin embargo, me parece pertinente también dar cuenta de otros aportes tecnológicos en favor de mayores estándares de seguridad. Y más que la tecnología, la forma en que la misma debe estar en función de una gestión inteligente.
Nuevos usos de la Información
Hoy ya es frecuente que una persona quede detenida en momentos en que se
dispone a tramitar una nueva licencia de conducir, cuando va a retirar un pasaporte, o cuando concurre a emitir su voto en una elección, por citar solo algunos ejemplos. Esto es posible a partir del acierto en las políticas de seguridad del gobierno nacional, que incorporó sistemas informáticos que permiten detectar antecedentes penales y viales en el mismo momento en que se realiza el trámite. Pero por sobre todas las cosas, por entender que en seguridad no se trata de competir sino de compartir. De integrar.
El gobierno avanza en la conexión de las diferentes bases de datos existentes, a la vez que realiza una lectura inteligente sobre las mismas. Es decir, disocia y tipifica la información. Luego, la comparte.
Soluciones integradas
Un claro ejemplo es la Consulta Nacional de Rebeldías y Capturas (CoNaRC),
un sistema que desarrollamos en nuestro organismo y que pueden utilizar las distintas fuerzas de seguridad, federales y provinciales, y operadores judiciales. Ya no hay exclusividad de jurisdicciones ni demoras u otros obstáculos. Las consultas se hacen en forma online y la respuesta llega en tiempo real. Incluso, en los requerimientos que provienen de los nuevos móviles policiales. La articulación de políticas entre los diferentes organismos es imprescindible. El trabajo mancomunado entre los ministerios de Seguridad, Justicia e Interior, y los diferentes organismos que de ellos dependen, permite que no sólo se agilicen los trámites en beneficio de los ciudadanos, sino que además se emitan con los más altos estándares de seguridad. Y que se actúe
rápidamente en caso de que existan pedidos de captura u otras irregularidades, tal como se ha demostrado en la práctica.
La cooperación y la acción coordinada entre las distintas jurisdicciones,
organismos y poderes del Estado, tanto en seguridad como en cada ámbito de la
administración pública, constituyen un elemento central en el éxito de las políticas implementadas.
La participación en diferentes foros internacionales sobre tecnología aplicada a
la seguridad, o más precisamente a la identificación biométrica, como los desarrollados en Tampa, Londres, Milán, Lima, Santiago de Chile y Bogotá, entre otros, nos permite afirmar que así como resulta muy valiosa la perspectiva de los especialistas más reconocidos del mundo, nuestro país tiene mucho para aportar a partir de modelos de gestión de probada eficacia. Que, vale reiterar, trasciende el uso de las cámaras de seguridad.
Identificar rostros en una multitud, advertir cuando se produjo una sustitución de identidad para cometer delitos informáticos, intervenir cuando actúa el ciberterrorismo, o detectar rápidamente una situación de tratas de personas, entre otros tantos casos, ya no son situaciones tan complejos. Ahí es cuando los nuevos dispositivos tecnológicos son de gran ayuda y ofrecen respuestas concretas, siempre que se los utilice en el marco de un modelo de gestión. Por caso, se dispuso la creación de nuevas plataformas y puentes digitales y la necesidad de ampliar los parámetros de identificación biométrica para optimizar la autenticación y validación de la identidad de las personas dentro de entornos ciberseguros. La biometría, por caso, es un componente fundamental en la lucha contra el delito, y por lo tanto, constituye un instrumento indispensable que requiere de estructuras de cooperación entre jurisdicciones.
Más inclusión
Este proyecto nacional, que comenzó en año 2003 con el entonces presidente
Néstor Kirchner y que profundizó la presidenta recientemente reelecta Cristina
Fernández de Kirchner tiene, entre otros motivos, un formidable respaldo popular
por las extraordinarias conquistas sociales alcanzadas, por el mayor crecimiento
económico de la historia, y por haberle devuelto la dignidad y la esperanza a millones de argentinos. Pero además, por haber sostenido con indiscutible eficiencia la ejecución de sus políticas públicas.
Fortalecer los nuevos modelos de gestión en cada área, con equipos de trabajo
capacitados, preparados y conducidos para lograr los objetivos preestablecidos;
intensificar la articulación entre los distintos ministerios, organismos de gobierno y poderes del Estado; promover la cooperación y complementación entre Nación, provincias y municipios de todo el país; y desarrollar recursos tecnológicos pensados y diseñados para lograr una mayor eficacia y transparencia de la administración pública, son indudablemente caminos a seguir para profundizar en los próximos cuatro años este proyecto nacional de desarrollo económico, con inclusión y justicia social.
En nuestro país, la aplicación tecnológica en políticas de seguridad quedó
asociada a la instalación de cámaras en la vía pública y en unidades móviles. Es la imagen que primero se presenta. Son herramientas que han dado un muy buen
resultado, tanto en la prevención como en las pruebas y pistas obtenidas, luego
imprescindibles para la resolución de la investigación. Sobre todo a escala municipal, pero en coordinación con provincias y Nación. Incluso, bien podemos convenir que todavía hay mucho potencial en esa metodología. De hecho se avanza en la complejidad de los centros de monitoreo, aumenta la cantidad de cámaras, y se perfecciona el sistema de interconexión con las fuerzas de seguridad. Sin embargo, me parece pertinente también dar cuenta de otros aportes tecnológicos en favor de mayores estándares de seguridad. Y más que la tecnología, la forma en que la misma debe estar en función de una gestión inteligente.
Nuevos usos de la Información
Hoy ya es frecuente que una persona quede detenida en momentos en que se
dispone a tramitar una nueva licencia de conducir, cuando va a retirar un pasaporte, o cuando concurre a emitir su voto en una elección, por citar solo algunos ejemplos. Esto es posible a partir del acierto en las políticas de seguridad del gobierno nacional, que incorporó sistemas informáticos que permiten detectar antecedentes penales y viales en el mismo momento en que se realiza el trámite. Pero por sobre todas las cosas, por entender que en seguridad no se trata de competir sino de compartir. De integrar.
El gobierno avanza en la conexión de las diferentes bases de datos existentes, a la vez que realiza una lectura inteligente sobre las mismas. Es decir, disocia y tipifica la información. Luego, la comparte.
Soluciones integradas
Un claro ejemplo es la Consulta Nacional de Rebeldías y Capturas (CoNaRC),
un sistema que desarrollamos en nuestro organismo y que pueden utilizar las distintas fuerzas de seguridad, federales y provinciales, y operadores judiciales. Ya no hay exclusividad de jurisdicciones ni demoras u otros obstáculos. Las consultas se hacen en forma online y la respuesta llega en tiempo real. Incluso, en los requerimientos que provienen de los nuevos móviles policiales. La articulación de políticas entre los diferentes organismos es imprescindible. El trabajo mancomunado entre los ministerios de Seguridad, Justicia e Interior, y los diferentes organismos que de ellos dependen, permite que no sólo se agilicen los trámites en beneficio de los ciudadanos, sino que además se emitan con los más altos estándares de seguridad. Y que se actúe
rápidamente en caso de que existan pedidos de captura u otras irregularidades, tal como se ha demostrado en la práctica.
La cooperación y la acción coordinada entre las distintas jurisdicciones,
organismos y poderes del Estado, tanto en seguridad como en cada ámbito de la
administración pública, constituyen un elemento central en el éxito de las políticas implementadas.
La participación en diferentes foros internacionales sobre tecnología aplicada a
la seguridad, o más precisamente a la identificación biométrica, como los desarrollados en Tampa, Londres, Milán, Lima, Santiago de Chile y Bogotá, entre otros, nos permite afirmar que así como resulta muy valiosa la perspectiva de los especialistas más reconocidos del mundo, nuestro país tiene mucho para aportar a partir de modelos de gestión de probada eficacia. Que, vale reiterar, trasciende el uso de las cámaras de seguridad.
Identificar rostros en una multitud, advertir cuando se produjo una sustitución de identidad para cometer delitos informáticos, intervenir cuando actúa el ciberterrorismo, o detectar rápidamente una situación de tratas de personas, entre otros tantos casos, ya no son situaciones tan complejos. Ahí es cuando los nuevos dispositivos tecnológicos son de gran ayuda y ofrecen respuestas concretas, siempre que se los utilice en el marco de un modelo de gestión. Por caso, se dispuso la creación de nuevas plataformas y puentes digitales y la necesidad de ampliar los parámetros de identificación biométrica para optimizar la autenticación y validación de la identidad de las personas dentro de entornos ciberseguros. La biometría, por caso, es un componente fundamental en la lucha contra el delito, y por lo tanto, constituye un instrumento indispensable que requiere de estructuras de cooperación entre jurisdicciones.
Más inclusión
Este proyecto nacional, que comenzó en año 2003 con el entonces presidente
Néstor Kirchner y que profundizó la presidenta recientemente reelecta Cristina
Fernández de Kirchner tiene, entre otros motivos, un formidable respaldo popular
por las extraordinarias conquistas sociales alcanzadas, por el mayor crecimiento
económico de la historia, y por haberle devuelto la dignidad y la esperanza a millones de argentinos. Pero además, por haber sostenido con indiscutible eficiencia la ejecución de sus políticas públicas.
Fortalecer los nuevos modelos de gestión en cada área, con equipos de trabajo
capacitados, preparados y conducidos para lograr los objetivos preestablecidos;
intensificar la articulación entre los distintos ministerios, organismos de gobierno y poderes del Estado; promover la cooperación y complementación entre Nación, provincias y municipios de todo el país; y desarrollar recursos tecnológicos pensados y diseñados para lograr una mayor eficacia y transparencia de la administración pública, son indudablemente caminos a seguir para profundizar en los próximos cuatro años este proyecto nacional de desarrollo económico, con inclusión y justicia social.
