Generalmente se dice que la Luna está a una distancia de 384.402 kilómetros de la Tierra. Para ponernos en situación, esta distancia equivale a 30 veces el diámetro nuestro planeta y la luz tarda en recorrerla aproximadamente 1,25 segundos. Sin embargo, estamos suponiendo que la Luna está siempre a la misma distancia, algo que a simple vista puede parecer lógico, pero que no es así.
La órbita de la Luna es elíptica, al igual que la de la Tierra alrededor del Sol o la del resto de planetas y cuerpos celestes, esto significa que existe un punto en el que la Luna queda a una distancia máxima de la tierra y otro en el que queda a una distancia mínima, conocidos como apogeo y perigeo respectivamente. En el apogeo, la Luna se encuentra a 406.000 kilómetros de nosotros mientras que en el perigeo tan solo se queda a 356.000 kilómetros, esto supone una diferencia de más del 12%.
¿Qué es una superluna?
Se habla de "superluna" cuando la luna llena coincide con el perigeo de la órbita lunar o se encuentra muy próxima a este, al menos a una distancia relativa al perigeo superior al 90%. Es decir, cuando tenemos luna llena y a la vez esta se encuentra en uno de sus puntos más cercanos a nosotros. Esto significa que la luna tendrá un tamaño aparente ligeramente superior y, por tanto, su brillo será también más intenso. De hecho, su tamaño aparente puede aumentar hasta casi un 14% y su brillo ser en torno a un 30% más intenso.
Obviamente son diferencias relativamente pequeñas y que el ojo humano tiene dificultad de apreciar si no está acostumbrado. Hay que tener en cuenta que nuestra vista percibe los cambios de brillo y luminosidad de forma logarítmica, por lo que para que una fuente de luz nos parezca nítidamente más fuerte que otra, deberá ser varias veces más potente (por lo general más del doble).
Si no estamos acostumbrados a observar el cielo nocturno, una diferencia de brillo del 30% no nos será fácil de apreciar. Sin embargo, si usamos una referencia para comparar el tamaño aparente de la luna, si podremos ver que resulta apreciablemente mayor durante estos eventos.
¿Cuándo la podremos ver?
Esta superluna tendrá lugar el lunes 9 de marzo y será visible prácticamente toda la noche si las nubes lo permiten, lo que en principio parece bastante probable al menos en la Península Ibérica. Durante esta noche estaremos en fase de luna llena y nuestro satélite se encontrará prácticamente en su perigeo, a una distancia de La Tierra de tan sólo 357.122 kilómetros.
¿Necesitamos algún tipo de material para observarla?
Por lo general para observar la Luna no hace falta ningún tipo de instrumento o protección. Si somos aficionados a la astronomía y queremos aprovechar para hacer una observación nocturna, la Luna es una fuente intensa de luz en el cielo y en muchos casos dificulta mucho la localización y observación de otros objetos celestes, especialmente los de menor brillo. También puede llegar a alterar nuestra adaptación a la oscuridad si la observamos a través de un telescopio, para lo cual es recomendable el uso de filtros lunares. Esto no plantea en ningún caso un problema de seguridad.
¿Es un fenómeno frecuente?
Que una luna llena coincida con el perigeo no es algo que suceda siempre, pero en cierto modo es un fenómeno que podemos apreciar al menos un par de veces o tres al año. En 2020 estaremos de suerte y podremos observar hasta cuatro superlunas, la próxima además será seguida a esta, el 8 de abril.
¿Tiene alguna consecuencia o efecto?
Pues sí lo tiene, pero se trata de un fenómeno muy natural y al que estamos acostumbrados. Al encontrarse la Luna más cerca también nos atrae gravitatoriamente con más fuerza, lo que se traduce en un incremento de las mareas.
Cuando tenemos luna llena, el Sol, la Luna y la Tierra se encuentran alineados y tenemos el conocido fenómeno de las mareas vivas. Si además la Luna se encuentra en su punto más próximo a nosotros, esas mareas vivas serán ligeramente mayores aún. Este fenómeno se conoce como "marea de perigeo" y no tiene por qué tener ninguna otra consecuencia, salvo que coincida con un temporal marítimo importante, en cuyo caso la probabilidad de inundaciones en zonas costeras es considerablemente más elevada.