La ingesta de bebidas alcohólicas provoca la secreción de endorfinas en determinadas zonas del cerebro, lo que produce sensaciones de placer que podrían conducir a la adicción. Un estudio de la Universidad de California ha observado por primera vez en humanos este fenómeno, sobre el que se lleva especulando más de treinta años. “Nuestro estudio aporta las primeras pruebas directas ...
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