Llevo años en la Iglesia y he visto en mi vida que Dios no está allá en el cielo y yo en la tierra y que está ajeno a mi vida como pensaba hace años, vi acontecimientos de mi vida que un ateo puede achacar a las casualidades de la vida o a lo que también llaman el destino, pero que yo veo que son obra de la mano providente de un Dios que está en algún sitio que nuestra pequeña mente y entendimiento no pueden alcanzar, por muy sabios que nos creamos.
Lo he visto en muchas situaciones que si por mi fuese o por quien me rodea no hubieran podido suceder, pero muy pocas veces sentí que me hablase como hasta hoy.
Llevo dias y meses viendo la situación de nuestra querida España y nuestra querida Asturias, mucho padecimiento y sufrimiento, especialmente laboral que desemboca en problemas económicos, nadie está exento de ello, los que no trabajan por el mero hecho de ello y los que trabajamos porque la situación no es fácil tampoco para las empresas.
Ultimamente mis preocupaciones eran por mi familia, mis hij@s, que esperaba no tener problemas laborales en el futuro, ¿que comeremos?, ¿con que nos vestiremos?, ¿donde viviremos? si uno pierde su puesto de trabajo, problemas importantes pero que nunca deben de preocupar si la Esperanza está puesta en Dios.
"no andeis preocupados por vuestra vida, pensando que comereis, que os vestireis..., mirad las aves del cielo, ni cosechan ni siembran,...mirad los lirios del campo, no hilan, ni Salomón en todo su esplendor vestia como ellos.
"¿quien puede por mas que se empeñe añadir un solo codo a la medida de su vida?".
Palabras dichas por alguien que cambió la historia.
Hoy Dios me habló, cuando en la noche estando tranquilamente cenando, mi hija pequeña de 15 meses empezó a ponerse morada a perder la mirada y quedarse poco a poco sin aliento, rápidamente mi mujer y yo salimos al coche y cruzando la ciudad atravesando semaforos en rojo y direcciones prohibidas aparecimos en el hospital con mi hija moribunda, entré rápidamente entre los pediatras y se la entregué, enseguida la trataron y recuperó lo que en mi angustia y poca fé pense que se perdía, la respiración, el color y su vida.
Pasará la noche en el hospital y Dios quiera que mañana ya esté en casa plenamente recuperada, donde sus herman@s la esperan con más ganas estoy seguro que la llegada de los reyes magos en Navidad.
Por eso veo que hoy Dios me habló, porque muchas veces se nos van las preocupaciones de la vida, los enfados y los agobios en cosas que realmente no nos va la vida y dejamos de lado lo realmente importante, la familia, los hijos, los padres, la salud y a un Dios que aunque muchos de los que lean este escrito se puedan reir de mi o tomarme por un ignorante más, descanso sabiendo que hoy he aprendido una lección de alguien que me quiere y me quiso hablar.
Que Dios os Bendiga a todos