Un grupo de arqueólogos, descubren en el siglo XXI una nueva edad faraónica totalmente desconocida, ya que los ángulos y el reflejo de materiales llevan a estos a un desconocimiento total sobre esta nueva arquitectura.
Las pirámides modernas se encuentra en una tierra llamada Astur, el desconcierto para los investigadores es alarmante, ya que después de varios análisis en profundidad, llegan a unas conclusiones complicadas de resolver y se realizan preguntas base, que a continuación exponemos:
¿Cómo en la comarca de Pola Siero se pudo transportar tanto material para realizar la construcción?
¿Qué densidad de población se necesitaría para construir dicha pirámide y que fuera económicamente rentable?
¿Quién sería la persona responsable de la economía de dicha construcción?
¿Qué faraón estaría enterrado en ella?
¿Cuánto costaría calefaccionar la pirámide en el siglo XXI?
¿Cuántas personas estarán enterradas allí?
Las respuestas fueron meditadas y calculadas de forma estricta.
Los arqueólogos contestaron: tuvo que ser una civilización muy avanzada a nivel de calculo matemático con una capacidad económica inmensa , ya que las dimensiones de la pirámide son grandiosas, los impuestos y el sacrificio de su pueblo para poder construirla les debieron de llevar a una esclavitud de impuestos importante, la recaudación del faraón debió de llevar a muchos a la pobreza, el sitio de culto nos informa de que albergaba una masa poblacional muy elevada, su estructura brillante refleja que los dioses eran importantes para esta población, querían que perdurara en el tiempo, y el coste mensual para calefaccionar el recinto serian de más de cinco mil euros mensuales, ahora lo extraño, extraño, es que no encontramos a nadie cuando la descubrimos, por tener no tenía ni estatuas a la entrada, eso es raro, raro, raro.