Me llega la noticia del fallecimiento, el sábado, de Ramón de Rato Figaredo, empresario y gijonés de pro, lo que le viene de tradición familiar, como es bien sabido en la Villa de Jovellanos. De su impronta empresarial y política tendrá el lector cientos de páginas y testimonios a disposición, por lo que no es el objeto de estas líneas. Sí, en cambio, dejar constancia de mi recuerdo afectuoso de este paisano inteligente y bien humorado, al que tuve ocasión de tratar y conocer hace un par de décadas, en varias ocasiones a causa de mi interés por el mundo del cava y los vinos amén de sus maridajes gastronómicos. En el curso de amenas y prolongadas conversaciones, en Oviedo, en Madrid y en sus cavas Jaume Serra, tuve ocasión de conocer a un hombre apasionado por lo que ahora se llama emprendimiento, con inquietud investigadora, una vasta cultura y un gran amor a Asturias y su cultura, también la popular. Lo que unido a su buen humor y fina ironía hacía de él un conversador entrañable. Con esos recuerdos me quedo. A don Ramón, hasta siempre. Y a su familia, a sus hermanos especialmente, la expresión sincera de mi pesar por la muerte de un gran paisano.
Descanse en Paz.
1 comentario
# babin Responder
08/03/2015 08:26Es todo verdad. Hoy los guajes no salen de casa con los ordenadores y los moviles. Y no se les puede ni reñir, cuanto mas pegar. Es maltrato y te pueden hasta llevar a la carcel. Un buen azote a tiempo........