Cuando un hombre muerde a un cocodrilo, que no suele suceder, la prensa habitual no suele enterarse. O si lo hace, no lo valora como cuando hombre muerde a perro. Tal vez sea cuestión de civilizaciones: orientales, occidentales, aborígenes, bereberes... La selva no es urbana, en la ciudad no hay lianas. Hubo muchos hombres, grandes hombres, dedicados a tratar de explicar lo insólito. Algunos, muy pocos, lo dejaron escrito, lo que obliga al oficio de leer, uno de los peores pagados del mundo, o de los mejores si uno tiene unos minutos. En tiempo de mudanza, no morder cocodrilos; en tiempo de bonanza nos comemos a los perros, calientes o no. La moraleja, que es algo más que una urbanización harto conocida, permite la hipótesis de concluir que, entre conversaciones, tendemos a ser unos caníbales. Uno de los escribientes fue el señor René Descartes: “Como, luego existo”. “Pienso, luego como”. “Como pienso, luego existo”. “Como como pienso”. El orden de los factores no altera el producto, a ser posible asturiano. Hoy es un día especial, plantéeselo así, que dice el Nano. Cuando nace un brote, está creciendo un tronco. Las ramas son potentes y las hojas prometen un talento muy poco común: la curiosidad y, fundamentalmente, la vida bella. En el nombre de hoy, 1 de abril de 2011. Salud.
1 comentario
# MAK Responder
06/06/2011 04:45AUNEMOS COMO BIEN DICES LA ESTÉTICA Y LA ETICA PARA SABER CONSERVAR ADECUADAMENTE NUESTRO PATRIMONIO