Por fin termina esta larga carretera llena de puentes festivos. Al españolito de a pie -yo mismo- nos queda ahora comenzar a subir la cuesta del Angliru. Ni que fuéramos Indurain en sus mejores tiempos. En Asturias terminamos el año con 90.500 parados y a finales de mes rondaremos los 100.000. En casi todas las familias silban ya las balas de esta crisis jamás vista por las generaciones actuales y, mientras, nuestros políticos continúan con su cortedad habitual que al paso que vamos su nula visión de la sociedad doliente no la corrige ni Luis Fernández Vega.
A mediodía del lunes el todavía alcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo jurará su cargo como delegado del Gobierno en el Princiado. Con él se va también del ayuntamiento ovetense para ser jefe de su gabinete el concejal de urbanismo Alberto Mortera, socialista convertido a la fe gabiniana hace unos años. El acto estará presidido por la ministra de Sanidad Ana Mato, auténtica fontanera del Partido Popular, y que mejor momento que el lunes para llevarla a visitar el nuevo Hospital Central, de momento sin terminar y con el candado echado. Allí, en la delegación de Gobierno, estará aguantando carros y carreteras -la asistencia a estos actos va en el sueldo- el presidente del Principado Francisco Alvarez-Cascos. El diputado de Foro Enrique Alvarez Sostres me confirma que también irá a la toma de posesión. Este buen nhombre va bandeándose en el grupo mixto del Congreso y ya ha conseguido ser portavoz de la comisión de Educación -es lo suyo- del mismo y portavoz adjunto en la de Fomento cuyo titular es el diputado del BNG.
Comprendo que los medios de comunicación no pasen por su mejor momento y haya nervios en la redacción pero lo de hoy del diario nacional El Mundo es de traca y es que publica una destacada información del nombramiento de Gabino de Lorenzo como delegado del Gobierno en Asturias ilustrándola con una una gran foto de archivo en la que el todavía alcalde de Oviedo aparece junto a dos curas, uno de ellos el capellán del Centro Asturiano de Oviedo, José Franco, al que le denominan obispo Javier Lauzurica. ¡Vaya errata!. No hay cosa peor que hacer las informaciones a 500 kilómetros de distancia. Javier Lauzurica fue obispo de Oviedo en 1946 y el ayuntamiento en el 65 dio su nombre a una calle en el barrio de San Lázaro. Debe llevar muerto más de 50 años. Llamo a José Franco para comentárselo, y que guarde la página como recuerdo, tomándolo con risueña filosofía aunque no descarto que un buen día llegue a obispo, que madera tiene este sacerdote tan ovetense o más que don Fermín de Pas.
Volviendo al nuevo delegado del Gobierno un socialista bien intencionado me susurra al oído “Nosotros cuando queremos quitarnos un alcalde de en medio tenemos más tacto. Fíjate lo de Paco Vázquez en La Coruña, tuvimos que hacerle embajador en el Vaticano para alejarle del buen marisco”. Bueno, conociendo como conozco a Gabino estoy seguro que cara a la galería, y especialmente al gobierno autonómico, guardará las formas -no debe olvidar que de mandar durante los últimos 20 años pasa a ser mandado- pero bajo cuerda, con la habilidad que le caracteriza, intentará seguirá actuando como alcalde y cerebro principal del PP asturiano. Veremos a ver que renovación hay en este partido cuando celebren su congreso regional en marzo, el primero de toda España después del nacional en Sevilla. La renovación para la presidencia del PP en Asturias ya tiene nombre: Mercedes Fernández.
Uff, he llegado a la primer cuesta del Angliru y ya estoy con la lengua fuera. Ayer mismo el diario El Mundo ha subido 10 céntimos el precio y tenga la impresión que lo mismo me ocurrió con una simple caña de cerveza que tomé en una céntrica cafetería, 2,40 euros. No es que quiera ser catastrofista pero si en este primer trimestre del año Asturias llega a los 100.000 parados apaga y vamos aunque no se exactamente a donde. Un economista serio aunque algo pesimista también me comenta que vamos hacia una argentinazación, lo malo es que en el corralito ya no empiezan a escasear las gallinas.
