Será que por estas fechas uno se siente más sensible a la pérdida de conocidos y amigos. Ya se que no es quizás oportuno iniciar un año que además va a ser muy duro e imprevisible con noticias sentidas pero así es la vida. Ha fallecido Antonio Cueto Espinar, decano de la Facultad de Medicina de nuestra universidad en la que desempeñaba la cátedra de Medicina Preventiva y Salud Pública. No era mayor, apenas sobrepasaba los 60, y jugó un papel importante en la época del gobierno autonómico que encabezó Sergio Marqués que le nombró consejero de Sanidad. Antonio Cueto, siempre guiado por su espíritu universitario y de servicio, optó en las pasadas elecciones en la Universidad de Oviedo a Rector, siendo vencido por el actual Vicente Gotor. Tuve ocasión de tratarle periodísticamente en varias ocasiones lo que dio lugar a una buena amistad. Era la discreción y seriedad personificada y personalmente y como universitario lamento su pérdida.
También acaba de fallecer en Madrid a los 79 años Juan Miguel Kindelán Gómez de Bonilla que fue director general de Minas entre 1982 y 1985, con la llegada de Felipe González al poder, pero que en la década de los 70 ya había tenido una gran relación con Asturias y los mineros formando equipo en las filas socialistas con personajes como Miguel Boyer y apoyando en unos años nada fáciles el carbón asturiano y en concreto HUNOSA. Hizo muy buenas migas con los dirigentes del entonces floreciente sindicato del SOMA con su secretario general José Angel Fernández Villa a la cabeza y, como digo, su apuesta por la hulla y la antracita, y por sus trabajadores, fue inequívoca. Kindelán era un ingeniero de minas de fuertes convicciones socialistas y en aquellos años se convirtió en un negociador clave entre la Administración central y los sindicatos mineros para defender una HUNOSA que rondaba los 26.000 puestos de trabajo directos y que presidía su compañero de estudios José Manuel Fernández Felgueroso. Estoy convencido que desde su puesto de la dirección general de Minas del Ministerio de Industria puso todas las chinchetas que pudo, y fueron muchas, a los planes del ministro Carlos Solchaga, que en un principio también apoyaba Felipe González, de cerrar la minería asturiana a cambio de acometer un plan Marshall en Asturias que supondría inyectar 500.000 millones de las antiguas pesetas en nuestra región, proyecto que, creo que afortunadamente, nunca se llevó a cabo lo que no quiere decir que en los años siguientes ante la inevitable decadencia del sector minero las Administraciones central y autonómica no cometieran errores importantes en la recuperación de las comarcas mineras; por ejemplo, en su diversificación industrial.
También acaba de fallecer un destacado colega gijonés, el periodista Mauro Muñiz. Llevaba varios años jubilado profesionalmente de Televisión Española con la que desde el punto de vista sindical mantuvo importantes batallas con su dirección en defensa de las condiciones laborales de los compañeros. Mauro Muñiz, trabajador infatigable, fundó un sindicato en el seno de la televisión publica con una gran implantación y trajo más de un dolor de cabeza a los ejecutivos de turno. Anteriormente Mauro había trabajado en el decano de los diarios asturianos, El Comercio, y ese a que, como tantos otros, terminó yéndose para la capital de España en donde nunca perdió su mordaz espíritu asturiano y hasta diría que jovellanista.
Debo asimismo expresar mis condolencias a otro distinguido colega, el periodista Antonio Palicio, director del centro comercial Salesas de El Corte Inglés, y a sus hermanos, por el fallecimiento de su madre María Díaz-Faes, ya nonagenaria. Mañana será enterrada en su localidad natal Argame en el concejo de Morcín.