La última noticia envenenada y previsible de que el déficit era de 2 puntos porcentuales más de lo anunciado, hace que las medidas a tomar por el Gobierno de Rajoy sean más duras y de corto alcance temporal.

Los Reyes Magos han venido antes de tiempo justo a la par de la ida del despilfarrador gobierno de ZP, más concretamente de Elena Salgado. Como algunos anunciamos hace ya un tiempo era presumible que la cifra que barajaba la risueña economista, mutilada de su cargo recientemente, no era más que un cuento para niños pequeños o insolventes racionales. El 6% de déficit público al cierre del ejercicio que preveía la cuadrilla de incapaces de  José Luis Rodríguez Zapatero, haciendo oídos sordos al lo que decía Carlos Ocaña, ex secretario de Estado de Hacienda, finalmente se ha situado en un 8%. Es decir, el anterior Gobierno ha vuelto a mentir a la ciudadanía española para intentar ocultar deliberadamente la nulidad a la que nos tienen acostumbrados y el no cumplimiento de los compromisos de los que se había hecho partícipe.

Siempre he sido de los que primero buscan soluciones y luego culpables, así que, no faltando a mis creencias, soy de la opinión que eso ya importa poco (aunque en su justa medida) y que el Gobierno de Mariano Rajoy tiene una papeleta importante pero de la que, haciendo alarde de la cantera de currículos de los que ha hecho acopio en su cartera de Ministros, ha de salir airoso y poder dar esperanza a muchos.

Así que, después de un vistazo analítico en el que el diagnóstico nos dice que 2011 ha sido uno de los peores años de la historia de la democracia, en el que el ejecutivo ha dado saltos de un lado a otro y de mentira en mentira negando lo evidente, la conclusión del ejercicio nos revela que se nos presenta un escenario para 2012 con recesión, más paro, y unas medidas que no las va a suavizar ni el mejor de los detergentes y que el nuevo equipo va ha hacer un plan de acciones muy criticado pero útil y necesario.

Ya nos esperábamos muchos que la promesa de Rajoy de no subir impuestos caería en el olvido rápidamente, pero de sentido común era que al menos ciertas medidas eran necesarias  siendo más justificadas o excusadas  después de la mentira de la señora Salgado del 6% y los anuncios de la nueva recesión a la que, según Luis de Guindos, nos vemos abocados sin remedio alguno.

Lo cierto es que muchos no lo entenderán o no lo querrán comprender, es más, muchos dirán que han sido mentiras programadas para ganar unas elecciones, pero no nos engañemos, si el PP hubiese determinado en su programa electoral subidas de impuestos y recortes masivos, hubiese ganado de igual manera las elecciones pues el PSOE era un cadáver andante como si de la serie televisiva “The Walking Dead” se tratase. Lo que realmente debería importarnos es la manera en que el equipo de mariano Rajoy se ha puesto manos a la obra y el cambio radical que nos está mostrando desde el segundo Consejo de Ministros.

Lo cierto es que el próximo año va a ser uno de esos que no se olvidará fácilmente y que aún queda mucha leña por cortar como anunció Soraya Sáenz de Santamaría, pero creo que por fin podemos decir que tenemos unos gobernantes con credibilidad y disposición al trabajo, sin miedos ni complejos, es decir, una esperanza para muchos.