Una parte de los problemas del mundo queda aplazada.
A los partidarios del Barcelona CF, nos han hecho un precioso regalo de Navidad.
No quiero hacer más comentarios. Al fin y al cabo, tengo amigos que son partidarios del Madrid.
Lo que hago, solo conmigo mismo, compartiéndolo con quienes sean también de este equipo, es regocijarme.
Y agradecérselo, uno por uno, a los catorce jugadores que fueron saliendo al campo, siquiera fuese unos minutos, al entrenador, que ayer acreditó su valía, y a los ayudantes del entrenador, de los que nadie habla hasta que les chincan los ojos como cuando éramos neños y guajes y chincábamos la oreja a quienes pretendíamos provocar.
Hay que hacer, como la hormiga, provisiones de alegría para cuando llegue el invierno de que otros ganen. Hoy es día de cantar el himno, que así, por añadidura, iremos preparando laringe para en seguida, que llegarán, si el buen padre Dios quiere, los villancicos.
Es tercer domingo de Adviento.