Estamos como quien dice en vísperas de un clásico, el Real Madrid-Barcelona. El equipo blanco cogió moral en El Molinón ganando al Sporting. Me cuenta mi espía preferida, la XPXIII, que Mouriño en esta visita a Asturias tenía un deseo que, por razones de horario, al final no pudo verlo cumplido, y era que por primera vez el psicoesteta Ramiro Fernández le cortase el pelo, que tanto Iker Casillas como Sergio Ramos no paran de darle la vara sobre lo bien que maneja la tijera -esperemos que Mariano Rajoy esté a su altura- el allerano. El caso es que el jefe de seguridad del Real Madrid llamó en la noche del viernes a Ramiro dándole una clave para poder acceder en la mañana del sábado al hotel de La Llorea y cortar la melena al león portugués. Mou quiere que el psicoesteta le dulcifique un poco el rostro, quitándole canas y acortándole algo la cabellera y Ramiro, como es merengón, pues encantado. Al final, por razones de horario, el corte no pudo ser quedando pendiente, supongo, para cuando el Real Madrid visite algún día el Carlos Tartiere. Miren por donde en círculos futbolísticos asturianos se comenta con insistencia la posibilidad de que el citado Ramiro Fernández sea uno de los candidatos a la presidencia de la Federación Asturiana de Fútbol, que por lo visto Maxi lo va a dejar. Esta noche el psicoesteta estará en lugar preferente en el Carlos Tartiere viendo el Real Oviedo-Atlético de Bilbao con el presidente de la Federación guipuzcoana de fútbol al lado. En deporte o en política este Ramiro es un asturiano desaprovechado por mucho que ordene los cuatro pelos al alcalde de Oviedo.
El Real Madrid no tuvo buen recibiendo cuando llegó el sábado pasado a El Molinón. Todo hay que decirlo, los agentes de la Policía Nacional se las vieron y se las desearon para proteger el autobús -siempre pensé que en la villa de Jovellanos después de sportinguistas eran madridistas-. La hinchada gritaba “el portugués, hijo de… es” y no por Mouriño sino por el ídolo de sus iras, Cristiano Ronaldo, cuya chulería dentro y fuera del campo tanto daño está haciendo a la imagen del equipo de la capital de España. Una felicitación a los servicios técnicos del Sporting. Ya han retirado varios de los bafles que desde una de las porterías atronaban al respetable en cada partido.Se mantiene uno que es suficiente. Y es que Manuel Vega Arango está en todo.
Pero refirámonos a temas menos serios. El delegado del gobierno en el Principado Francisco González tiene ya la maleta hecha para nada más comer el turrón en navidad irse para casa a la espera de que llegue Jaime Reinares o alguien parecido. Ramón García Cañal, con cara muy risueña, me contesta al preguntarle “¿Que hay de lo tuyo?” que los tiros no van por ahí. Bien pensé yo, en mi ignorancia ciudadana, que un delegado del gobierno está para hacer cumplir la ley y mantener, por supuesto,el orden así que no acabo de entender la pasividad del actual permitiendo la ocupación ilegal del edificio de la antigua consejería de Sanidad en la calle General Elorza. Respeto el movimiento 15 M pero siempre y cuando respeten a los demás. Claro que a Francisco González le encanta utilizar el coche oficial, chofer incluido, y como un Antonio Trevín cualquiera se dio una vuelta por las obras inconclusas de la autovía del Cantábrico permitiéndose el lujo de dar instrucciones al aún non nato gobierno de Mariano Rajoy sobre cuando debe de concluir las obras. ¿Estamos todos locos o a que jugamos?.
Para rematar el día, mientras contemplo un Cantábrico bastante embravecido en Gijón, escucho por radio que los sabios de la Unión Europea dicen que los bancos españoles deben de capitalizarse en no menos de 23.000 millones de euros. No lo entiendo; tendré acudir a las clases que daba Manuel Menéndez. ¿Como es posible entonces que cada semestre nuestros bancos hagan públicos sus cuentas, siempre arrojando ciento de millones de euros como beneficio además de repartir en su momento sustanciosos dividendos al accionista?. Por fin, con el dinero de los españolitos de a pie, entre los que me encuentro, el Banco Sabadell se ha quedado con el pufo de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, entidad catastróficamente gestionada, con una sucursal, por cierto, en la ovetense calle de Cervantes que, supongo, pasará ahora a mejor vida. Me da en la nariz que esta operación no es buena para los intereses de Asturias, o sea, que a los del Banco Sabadell en Asturias -marca comercial Banco Herrero- les van a apretar aún más las tuercas. Esta sensación deberé consultarla con Pep Guardiola, a ver que opina.
13 comentarios
# Daniii Responder
19/01/2014 22:16Sin duda, amo demasiado. La incondicionalidad de ese amor es excesiva, y creo que a veces no es sana. En un intento de hacer sentir segura a la otra persona, aceptamos cosas que no atienden a la lógica y el sentido común, no dándonos cuenta que en realidad éso es lo más perjudicial. No que haya que castigar a la otra persona cuando ésta no haga algo de acuerdo a los cánones, pero tampoco hay que hacer la vista gorda a sus acciones cuando éstas no son lo "normal". El resultado es, que se empiezan a tolerar cosas que hacen que la otra persona no te valore, gane más poder, y siga forzando los límites de lo "forzable". La incondicionalidad sí, pero con sentido. Lo que me lleva a pensar: de quién es el problema? del que ama incondicionalmente? o del que se aprovecha "injustamente" de esa incondicionalidad? GRACIAS por tus artículos José. Un saludo, Dani
# Paco Responder
19/01/2014 23:02No es lo mismo el amor paterno filial, el de hermanos, el de amigos, ni, por supuesto, el amor de pareja. Me gustan mucho tus fábulas.
# José Ángel Caperán Responder
20/01/2014 09:18Gracias Daniii, aquí hay dos problemas igualmente graves: 1º El que ama incondionalmente muchas veces utiliza su amor y victimismo como chantaje hacia quien no ama tanto y le hace incluso dudar de si mismo y hacerle creer que es mala persona. Y consigue que esté a su lado por propio miedo a no encontrar nada como eso: no lo amo pero nadie me amará tanto como él. 2º El que se aprovecha de ese amor incondicional no es más que un cobarde que prefiere la seguridad del amor sin esfuerzo del 1º, un adolescente crónico que evita sufrir y, por lo tanto, evita madurar. Mi pregunta es: ¿Por qué los que sufren de la maldición del amor ciego lo dirigen casi siempre a inmaduros?
# José Ángel Caperán Responder
20/01/2014 09:23Gracias Paco, no es lo mismo, pero toda persona afronta una pareja con un bagaje de amor a sus espaldas (de sus padres, de sus hermanos, familia, amigos, etc). Si el amor en estos casos es desbodado, cuando se ama demasiado aunque sea a un hijo, anulamos su madurez, el sobreproteccionismo lo hace débil y propicio para sufrir o hacer sufrir a otros.
# Gabino Responder
20/01/2014 13:05Quien ama mucho quiere lo mejor para el amado. Quien bien te quiere te hará llorar ...
# gijonesa Responder
20/01/2014 21:23Amo sin exceso, no me dejo llevar por el corazón, casi siempre es la cabeza la que domina. Me siento feliz con mi pareja, y no me imagino hoy por hoy con otra persona.
# José Ángel Caperán Responder
20/01/2014 22:57Gracias Gabino y gijonesa! Bienvenidos de nuevo a este foro. Amar racionalmente es una forma de amar sana tanto para unos como para otros. Debemos alejarnos del amor cortés, el dramático y romántico. Sin embargo, muchos chicos y chicas de los institutos consideran que, por ejemplo, los celos son síntoma ineludible de amor cuando realmente son síntoma de un sentimiento de propiedad. Olvidémonos de Romeo y Julieta, de Tristán e Isolda, de los cuentos de príncipes y princesas, de las telenovelas y de Corín Tellado. La pareja ha de complementarnos nunca sustituirnos.
# siempre Responder
28/01/2014 01:22El cuento me gusta, pero tus respuestas me confunden. Lo primero, pienso que olvidas que nadie va advirtiendo que sea inmaduro - antes bien, hay mucho experto en marketing- y que muy a menudo esas personas realmente no encuentran nada mejor, si encuentran algo. Lo de "mejor solo..." es muy fácil decirlo. En esas historias épicas que citas, los protas tienen el mundo en su contra (como quien tiene un amigo intrigante o una suegra que se opone a la relación), pero luchan. Luchar, algo desconocido para algunas generaciones que creen que todo se compra hecho y que desconocen el término medio entre mentir o terminar. Seguramente hoy Romeo se habría ido con una manceba de pechos turgentes o Julieta estaría amargada porque con su contrato-basura no puede llevarla a un spa de lujo, y al final se dejarían por Facebook... Tampoco deja de sorprenderme que se hable del amor como si de un capítulo de “Matrimonio con hijos” se tratase, para pasar, en un suspiro, a analizarlo como si fuera uno de “CSC”. Como si la pareja sólo fuese un “holding” o una comunidad de intereses, sobre todo éroticos y relativos al ocio. A veces oigo hablar de la pareja como una actividad más, como quien va a un curso de tai-chi o de fotografía, algo que te entretiene pero no te toca. Dónde ha quedado el TU? Quien ama incodicionalmente sólo busca la dependencia de su amante? quien pasa por un duelo sólo pierde el tiempo? quien espera una razón, está mal de la cabeza? Queda alguien en el mundo con emociones? Si lo contrario al amor épico, a amar demasiado, es ser tibio, entonces viva el victimismo.
# José Ángel Caperán Responder
02/02/2014 18:39Gracias Heidi, lo que defiendo en el relato es no confundir el amor con la dependencia, ni muchísimo menos confundir el amor con la anulación del individuo. Quien pasa esos límites es por una falta de amor propio importante que se intenta compensar con una inversión extra en la pareja esperando ser correspondidos de igual forma con ese "extra" de amor del otro que les estabilice. Sin embargo, así estamos suponiendo que uno que da más recibirá más de la pareja y está muy equivocado, pues no tiene en cuenta que la otra parte puede apoltronarse en esa posición de poder y no corresponder al esfuerzo del otro para que se igualen la fuerzas.
# siempre Responder
07/02/2014 12:03Ante todo, gracias por tu respuesta, pero, IP's a parte, si hubiera querido escribir "Heidi", habría escrito "Heidi". Creo haber entendido el sentido de tu historia, ahora bien, cuando se da una circunstancia como la que describes, uno siempre puede optar por desistir de amar a personas y simplemente amar las cosas que hace. No creo que el problema es que unos amen demasiado; para mí, lo triste es la cantidad de personas que simplemente no pueden amar otra cosa que a sí mismas (aunque luego se castiguen por ello, pero no porque ningún gigante tenga la culpa) o que llaman pareja a algo práctico, a la inercia de una serie de actividades conjuntas, carentes de una entrega real. O, a veces, de tan independientes que somos, dónde queda entonces el compromiso? Hay hombres y mujeres objeto, y parece que también parejas objeto, de usar y tirar, por supuesto. Una crítica constructiva, sé que mis textos son extensos, pero respetando los puntos y a parte al publicarlos se entenderían mejor, gracias. Un saludo
# mati Responder
12/05/2014 17:27Buenas tardes, yo pienso que el que ama incondicionalmente, es porque es posesivo, controlador etc y piensa que eso es querer. Tenerte siempre pegado a él. Yo creo que se trata de una persona inmadura y que no tiene más vida y te chantagea emocionalmente porque cree que así te tiene a su disposicion. Qué pena me da, yo quiero querer en libertad, no con ataduras. Me ha gustado mucho tu artículo.
# mati Responder
23/02/2015 16:24buenas tardes, yo cuando amo demasiado tanto a mi pareja, a mis hijos etc, lo doy todo, pero cuando me toca recibir y no hay mucho, entonces aprendo y me amo a mi misma para protegerme. entónces cuando he aprendido el camino procuro estar en la medida justa para que nada me haga daño. Pienso que lo mejor es amar sabiendo que somos seres individuales para no llegar a se posesivos ni dejar que que la otra persona supere los limites establecidos.
# Gema Responder
02/03/2015 15:26Hola Jose Angel!! No me conformo a la hora de amar....pero "nunca" meteré a nadie en una jaula de oro......lo que esté dentro entonces ....morirá....