En Occidente estamos concentrados, y con razón, en atisbar un puntín de luz en la crisis filosófica --los euros responden a un convenio matemático, socialmente aceptado, que admite pasar de 0 a 1 salvando un infinito aún no numeral, por lo que per se' no existen-- en la que nos han metido una serie de codiciosos irresponsables que olvidan que, si tiran abajo el sistema,  sus billetes no valen un real y encima los va a sodomizar su propio jardinero..., antes de zampárselos.

Ello, con todo, no debiera hacernos olvidar que la mayor parte de la humanidad, más de dos tercios, vive cada día en el filo de la navaja, y no la de Ocam sino la que corta. Una bloguera egipcia, Aliya Magda al Mahdy, corre peligro  de ser condenada a penas crueles, inhumanas y degradantes para toda la especie, cuando, si el Ejército de Egipto no lo remedia, un tribunal fundamentalista la condene por aparecer desnuda en una fotoprotesta.

De los sentimientos de parte de nuestros congéneres no deberíamos extrañarnos. Así, destacados contertulios de una 'tele' presuntamente española y orgullosa de ser de derechas, abogan por que la mujer no pueda divorciarse y, si la violan o la apalizan, vaya a confesarse que algo malo habrá hecho la muy ... Pero, afortunadamente, son una mínimal parte de la población española, a la que llaman a diario ignorante, pederasta, pervertida, asesina de niños y otras lindezas-- que puede disolver en su seno tan cancerígenas células.

No ocurre así cerca de nuestras fronteras. El hombre vale menos que un par de cebollas y la mujer es considerada un semoviente. Mientras salimos de la crisis, y especialmente una vez remontada, no deberíamos olvidar que segir tolerando tales costumbres, o no hacer protesta de ellas, cuando menos,  acabará haciéndonos indignos del apellido 'humanos' que con tanta liberalidad nos añadimos cada día.

Es reflexión que espero provocar en V.Ies, cuya vida guarde Dios --el nuestro, porfa-- muchos años.