No es honesto intelectualmente escribir geopolíticamente sobre la realidad sangrante que nos puebla. Y la lucha de los saharauis por su independencia es una realidad que nos puebla. Aunque con el paso de los años ya quedan pocos, los saharauis, durante los finales de la dominación colonial española, tuvieron DNI, pasaporte y libro de familia españoles. Eran españoles. Porque el Sáhara Occidental era la provincia número 53 de España.
Una siniestra y retorcida sentencia del Tribunal Supremo de hace tres años niega que esos saharauis sean españoles, así como sus descendientes. A algo que sí pueden acceder por vía rápida los hispanoamericanos del siglo pasado y los judíos sefardíes de hace varios siglos.
Dicho lo cual -y poblado por los saharauis españoles- mis palabras a continuación ya no son mías, sino que fluyen de Jadiyetu El Mohtar -delegada del Frente Polisario en Madrid y dirigente de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis-, española nacida de padres saharauis con nacionalidad española en el Sáhara Occidental cuando era la provincia 53 de España.
La verdadera noticia
Tras años de bloqueo marroquí, el enviado de la ONU, Staffan de Mistura -de la Misión de Naciones Unidas para un Referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso)- ha viajado al territorio ocupado. Es una paradoja que sea noticia su reciente presencia cuando lo verdaderamente llamativo es que una fuerza ocupante -como Marruecos- de un territorio extranjero prohíba a un representante de las Naciones Unidas pisar el terreno en disputa. Es inadmisible que Marruecos viole la legalidad y el derecho internacional. Por eso, no es noticia que ahora lo permita.
Lo que está haciendo el gobierno marroquí es entorpecer el trabajo de la propia ONU. El papel de Naciones Unidas es supervisar el proceso de paz, que lleva más de 30 años, obstaculizado desde el primer minuto por el régimen marroquí. Esa sí es la noticia. Por ello, el Frente Polisario exige que la ONU cumpla sus responsabilidades y no permita que un gobierno -fuerza de ocupación- entorpezca su trabajo en el Sáhara Occidental.
La realidad en los territorios saharauis ocupados
Marruecos ha estado prohibiendo que Mistura llegara a los territorios ocupados y conociera la situación de represión, de pobreza, de marginación a la que está sometido el pueblo saharaui desde 1975. Pero también lo ha estado impidiendo a todos los observadores internacionales, personalidades, políticos, europarlamentarios y periodistas que lo han solicitado; y ha expulsado a los que lo han intentado.
El Sáhara Occidental es una cárcel a cielo abierto. Lo que oculta Marruecos es un empobrecimiento de la población, una represión indiscriminada, un exterminio silenciado de una población autóctona y una expoliación a contrarreloj y sin límites de sus recursos naturales antes de la publicación a fines de este año de la sentencia definitiva del Tribunal de Justicia de la UE que prohíbe tales actividades marroquíes.
EEUU en los campamentos saharauis de Tinduf para hablar con el Frente Polisario
Por primera vez, un alto responsable de política exterior estadounidense ha visitado los campamentos de refugiados saharauis para entrevistarse con el secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, también presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), manifestando que quiere impulsar el proceso de paz auspiciado por la ONU y hallar una solución política y aceptable para el pueblo del Sáhara Occidental.
La respuesta es que el pueblo saharaui sigue apostando por la paz porque es un pueblo pacífico que no ha buscado la guerra en ningún momento, impuesta en 1975 cuando Marruecos y Mauritania invaden el territorio a través de los ilegales e ignominiosos acuerdos tripartitos de Madrid auspiciados por el gobierno franquista de España. Marruecos violó en 2020 el existente alto el fuego, atacando a civiles saharauis concentrados en El Guerguerat. Ante ello, el Frente Polisario puso fin al alto el fuego.
Hay voluntad de apostar por la paz, pero sin volver a caer en la trampa de un alto el fuego ficticio que Marruecos no respeta, mientras sigue expoliando los recursos naturales y rearma a su ejército, intensificando la represión brutal contra la población civil en los territorios ocupados, en especial contra los activistas y las mujeres saharauis. Sin garantías reales de la ONU, sin pruebas tangibles, no se puede volver al alto el fuego, ni retomar el proceso de paz.
El plan marroquí de autonomía es un sinsentido
El plan de autonomía no tiene sentido porque es un problema de descolonización. Un plan de autonomía se puede conceder a una población que pertenece a un país, como por ejemplo ante las demandas de los rifeños en Marruecos, no para los saharauis porque hay que descolonizarlos. Es incompatible con el derecho internacional que otorga al pueblo saharaui el derecho a decidir porque está bajo dominación colonial, de España, no de Marruecos que es una fuerza de ocupación.
La responsabilidad de España con el pueblo saharaui
España ha estado en el territorio más de un siglo. Y tiene una responsabilidad para descolonizar ese territorio. España se fue sin descolonizar en 1975, y sin cumplir el mandato de las resoluciones de la ONU. Como el territorio no se ha descolonizado, España, de hecho, sólo acordó la cesión administrativa a otro país, Marruecos, que por tanto no tiene ningún derecho para ocupar el Sáhara Occidental, ningún título de soberanía. A día de hoy, España sigue siendo la potencia administradora del territorio porque no se puede ceder de manera unilateral esa administración a una fuerza extranjera ajena al pueblo saharaui.
Por tanto, España sigue teniendo la responsabilidad ante la ONU de, por lo menos, aportar y facilitar ese proceso de descolonización y no apoyar, como ha hecho el actual gobierno español en funciones, una hipotética autonomía. Es una huida hacia delante y no la solución que estipulan y exigen las resoluciones de la ONU para la descolonización del Sáhara Occidental.
Eduardo Madroñal Pedraza
No es honesto intelectualmente escribir geopolíticamente sobre la realidad sangrante que nos puebla. Y la lucha de los saharauis por su independencia es una realidad que nos puebla. Aunque con el paso de los años ya quedan pocos, los saharauis, durante los finales de la dominación colonial española, tuvieron DNI, pasaporte y libro de familia españoles. Eran españoles. Porque el Sáhara Occidental era la provincia número 53 de España.
Una siniestra y retorcida sentencia del Tribunal Supremo de hace tres años niega que esos saharauis sean españoles, así como sus descendientes. A algo que sí pueden acceder por vía rápida los hispanoamericanos del siglo pasado y los judíos sefardíes de hace varios siglos.
Dicho lo cual -y poblado por los saharauis españoles- mis palabras a continuación ya no son mías, sino que fluyen de Jadiyetu El Mohtar -delegada del Frente Polisario en Madrid y dirigente de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis-, española nacida de padres saharauis con nacionalidad española en el Sáhara Occidental cuando era la provincia 53 de España.
La verdadera noticia
Tras años de bloqueo marroquí, el enviado de la ONU, Staffan de Mistura -de la Misión de Naciones Unidas para un Referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso)- ha viajado al territorio ocupado. Es una paradoja que sea noticia su reciente presencia cuando lo verdaderamente llamativo es que una fuerza ocupante -como Marruecos- de un territorio extranjero prohíba a un representante de las Naciones Unidas pisar el terreno en disputa. Es inadmisible que Marruecos viole la legalidad y el derecho internacional. Por eso, no es noticia que ahora lo permita.
Lo que está haciendo el gobierno marroquí es entorpecer el trabajo de la propia ONU. El papel de Naciones Unidas es supervisar el proceso de paz, que lleva más de 30 años, obstaculizado desde el primer minuto por el régimen marroquí. Esa sí es la noticia. Por ello, el Frente Polisario exige que la ONU cumpla sus responsabilidades y no permita que un gobierno -fuerza de ocupación- entorpezca su trabajo en el Sáhara Occidental.
La realidad en los territorios saharauis ocupados
Marruecos ha estado prohibiendo que Mistura llegara a los territorios ocupados y conociera la situación de represión, de pobreza, de marginación a la que está sometido el pueblo saharaui desde 1975. Pero también lo ha estado impidiendo a todos los observadores internacionales, personalidades, políticos, europarlamentarios y periodistas que lo han solicitado; y ha expulsado a los que lo han intentado.
El Sáhara Occidental es una cárcel a cielo abierto. Lo que oculta Marruecos es un empobrecimiento de la población, una represión indiscriminada, un exterminio silenciado de una población autóctona y una expoliación a contrarreloj y sin límites de sus recursos naturales antes de la publicación a fines de este año de la sentencia definitiva del Tribunal de Justicia de la UE que prohíbe tales actividades marroquíes.
EEUU en los campamentos saharauis de Tinduf para hablar con el Frente Polisario
Por primera vez, un alto responsable de política exterior estadounidense ha visitado los campamentos de refugiados saharauis para entrevistarse con el secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, también presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), manifestando que quiere impulsar el proceso de paz auspiciado por la ONU y hallar una solución política y aceptable para el pueblo del Sáhara Occidental.
La respuesta es que el pueblo saharaui sigue apostando por la paz porque es un pueblo pacífico que no ha buscado la guerra en ningún momento, impuesta en 1975 cuando Marruecos y Mauritania invaden el territorio a través de los ilegales e ignominiosos acuerdos tripartitos de Madrid auspiciados por el gobierno franquista de España. Marruecos violó en 2020 el existente alto el fuego, atacando a civiles saharauis concentrados en El Guerguerat. Ante ello, el Frente Polisario puso fin al alto el fuego.
Hay voluntad de apostar por la paz, pero sin volver a caer en la trampa de un alto el fuego ficticio que Marruecos no respeta, mientras sigue expoliando los recursos naturales y rearma a su ejército, intensificando la represión brutal contra la población civil en los territorios ocupados, en especial contra los activistas y las mujeres saharauis. Sin garantías reales de la ONU, sin pruebas tangibles, no se puede volver al alto el fuego, ni retomar el proceso de paz.
El plan marroquí de autonomía es un sinsentido
El plan de autonomía no tiene sentido porque es un problema de descolonización. Un plan de autonomía se puede conceder a una población que pertenece a un país, como por ejemplo ante las demandas de los rifeños en Marruecos, no para los saharauis porque hay que descolonizarlos. Es incompatible con el derecho internacional que otorga al pueblo saharaui el derecho a decidir porque está bajo dominación colonial, de España, no de Marruecos que es una fuerza de ocupación.
La responsabilidad de España con el pueblo saharaui
España ha estado en el territorio más de un siglo. Y tiene una responsabilidad para descolonizar ese territorio. España se fue sin descolonizar en 1975, y sin cumplir el mandato de las resoluciones de la ONU. Como el territorio no se ha descolonizado, España, de hecho, sólo acordó la cesión administrativa a otro país, Marruecos, que por tanto no tiene ningún derecho para ocupar el Sáhara Occidental, ningún título de soberanía. A día de hoy, España sigue siendo la potencia administradora del territorio porque no se puede ceder de manera unilateral esa administración a una fuerza extranjera ajena al pueblo saharaui.
Por tanto, España sigue teniendo la responsabilidad ante la ONU de, por lo menos, aportar y facilitar ese proceso de descolonización y no apoyar, como ha hecho el actual gobierno español en funciones, una hipotética autonomía. Es una huida hacia delante y no la solución que estipulan y exigen las resoluciones de la ONU para la descolonización del Sáhara Occidental.
Eduardo Madroñal Pedraza