Es una satisfacción para mí participar en el acto de clausura del VI Foro Empresarial de la Innovación y deseo, en primer lugar, expresar mi agradecimiento por haber sido invitado a este acto por parte de la Federación Asturiana de Empresarios. El impulso a iniciativas de este tipo, enfocadas a la reflexión y la difusión de la indiscutible relevancia de la innovación, confirma el interés del tejido empresarial asturiano por profundizar en la innovación, única vía para incrementar las capacidad competitiva de cualquier empresa.
La innovación es intrínseca a la actividad empresarial puesto que cualquier actividad emprendedora es la combinación de un acto creativo con una acción eficaz que genera productos o servicios que genera valor añadido. La innovación, según el diccionario de la Real Academia Española, es la creación o modificación de un producto y su introducción en un mercado, e, innovar, que proviene del latín ‘innovare’, significa tornarse nuevo o renovar. Cualquier compañía necesita, pues, aplicar la innovación en su gestión a riesgo de sucumbir a la vertiginosa carrera de los mercados. Innovar es, y ha sido siempre, fundamental, pero la continúa evolución tecnológica que caracteriza la sociedad del Conocimiento ha hecho aún más imprescindible la necesidad de adaptación continua, al mismo tiempo que ha minimizado los tiempos de reacción.
Asturias, lamentablemente, se sitúa prácticamente por debajo de la media nacional. En todos los indicadores relacionados con I+D+i. En términos agregados, el gasto en I+D en % del PIB se situaba en 2009 (último año publicado por el INE) en el 1%, frente a una media nacional del 1,38% y el personal ocupado en labores de I+D ascendía al 0,9% de la población ocupada, frente al 1,2% nacional. Decía antes que foros como el que hoy se clausura confirman el interés empresarial por innovar.
Sin embargo, este apoyo a la innovación no se ha traducido en acciones, y el porcentaje de inversión empresarial dista de la media nacional, a su vez a la cola de Europa. En Asturias, el gasto en I+D representa el 0,41% del PIB regional, mientras que en toda España el porcentaje asciende al 0,72%.
No sería justo ni razonable obviar el esfuerzo realizado, tanto por vuestra parte como por parte de la Administración, durante la última década para alinear las inversiones regionales con las requeridas por Europa. En una década se ha pasado de 0,68% al 1% del PIB pero la realidad refleja que no ha sido suficiente. Hemos crecido, incluso, por debajo de la media nacional, que ya partía de una situación mejor, y el aumento se ha basado en un esfuerzo mayoritariamente público, pues el peso de las empresas en el total del gasto se ha mantenido en el entorno del 41%.
Es obligación de las Administraciones promover y cultivar la innovación, pero su impulso decidido y constante debe ser un compromiso asumido en primera instancia por los propios empresarios, incorporándola a proyectos, tomando el riesgo de emprender un nuevo camino, puesto que el riesgo y el emprendimiento han de estar necesariamente ligados a la actividad empresarial.
Por ello, desde el Gobierno del Principado, nos proponemos favorecer la concesión de financiación para la innovación en condiciones ventajosas, una limitación habitual para las empresas pero definitiva en tiempos de crisis, pero rechazamos la concesión de subvenciones a fondo perdido.
En este sentido, quiero subrayar la importancia de los Business Angels, etiquetados en el Programa Marco para la Competitividad y la Innovación de la Comisión Europea 2007-2013 como una importante herramienta, y claramente recomendada, de financiación para proyectos empresariales innovadores, especialmente orientados a PYMES. A pesar de ello, actualmente no existe un marco legal ni fiscal que haga atractivo participar en este tipo de redes de inversión, una carencia que trataremos de subsanar.
El Gobierno del Principado ofrecerá, además, apoyo y seguimiento específico a las empresas consolidadas receptoras de ayudas y a las nuevas empresas de base tecnológica que vaya más allá de la mera ayuda financiera, en un seguimiento desde sus primeras etapas hasta la consolidación del proyecto. Abandonaremos, pues, el sistema “ventanilla” y evaluación para caminar hacia un método de “acompañamiento”, con la creación de gestores de la innovación.
Los empresarios tienen que ser los indiscutibles protagonistas del Plan Estratégico de Innovación que estamos diseñando. Les ofrecemos toda la colaboración, y les solicitamos una vez más su altura de miras y compromiso con la región, en un asunto estratégico clave para nuestro crecimiento presente, y para el futuro de las próximas generaciones de asturianos.