George Steiner escribió: “Europa está compuesta de cafés. Es un lugar para la cita y la conspiración, para el debate intelectual y para el cotilleo, para el flanear y para el poeta o el metafísico con su cuaderno. Está abierto a todos”.
Y ahora los cafés en este continente que moramos, se hallan estremecidos a consecuencia de la sanguinaria actitud de Vladimir Putin contra Ucrania, y cuya consecuencia pudiera ser – el cielo protector no lo permita - la III guerra mundial.
Los humanos creamos poesía, música, cháchara, alabamos la vida, levantamos artilugios a la oscuridad del espacio y clonamos seres vivos; glorificamos las Pirámides, el Partenón y el Faro de Alejandría; moldeamos en mármol “La Venus de Milo” y, en un toque de inspiración sublime, nacieron “El Paraíso perdido”, los poemas de Petrarca, “Hojas de hierba” y la partitura de “El himno a la alegría".
En “El desfile de la vida”, John Hodgdon Bradley, paleontólogo con alma de poeta, nos lleva hacia los evos de la vida, y recuerda que debemos prepararnos para realizar un viaje acompañados de un nuevo Dante, sobre millones de años hacia los mares de las rocas y los fósiles, con la misión de escucharlos hablar, en un lenguaje conmovedor, el eco del renacer humano hasta nuestros días.
La inteligencia es un fuego que se escapa de las barreras de la definición, y causa del coraje que ha demostrado la raza humana desde los albores de la existencia, creyendo en su potencialidad, cuya pujanza mueve conciencias con imperecederos pensamientos.
Siendo así, que el perpetuo enfrentamiento contra las circunstancias y los quebrantamientos del espíritu, nos obligan a levantarnos sobre nuestros propios errores y mirar cada amanecida con profunda confianza.
Hubo un tiempo, cuando el humano observaba las estrellas sobre la soledad de la tierra, en que tuvo el coraje de comenzar a caminar cruzando la raya del horizonte, y con ello forjar un futuro contra las adversidades, los elementos y la barbarie que impedían los valores éticos y espirituales.
Ese mismo quehacer, sigue sosteniendo los valores de Europa en sus imperecederos cafés.
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