Intervención en el Foro Europa Press

Quiero manifestar de manera muy destacada en las primeras palabras mi debida y también especialmente justificada gratitud a Europa Press por esta oportunidad que me brinda de participar en la séptima temporada de sus Desayunos Informativos, gratitud que hago extensiva a Banif, FCC, Telefónica, Thomson-Reuters-Aranzadi y Altadis. Gratitud debida como siempre aconseja la cortesía del invitado, y gratitud especialmente sentida en justa correspondencia al valor demostrado por sus anfitriones para desoír los peligros de la cuarentena de silencio que FORO tiene que cumplir para llegar a las Cortes Generales de España si los madrileños y los asturianos nos dan su confianza el próximo día 20 de noviembre.  

Los párrafos que voy a citar a continuación son una introducción inmejorable para enmarcar las consideraciones que me propongo realizar ante Vds. antes de someterme encantado a las preguntas del coloquio que tendrán lugar a continuación.

”Permítanme una rotunda afirmación inicial. España
tiene hoy la economía más fuerte de toda su historia. Hemos logrado la mejor Legislatura económica de la democracia si se valoran en conjunto todos los referentes”.

“Prometí hacer de ésta la Legislatura del empleo. La Legislatura de la creación de empleo, del empleo estable y del empleo de más calidad”.

“La economía española seguirá creciendo, y lo hará con una intensidad más que aceptable, alcanzando una media del 3% en los próximos cuatro años. Así lo contempla nuestro escenario macroeconómico y así esperamos que se produzca. Continuaremos asegurando la estabilidad de las cuentas públicas y en dos años seremos ya el país con menos deuda entre las potencias económicas.”

Son palabras textuales de José Luis Rodríguez Zapatero y fueron pronunciadas en el  Foro Europa Press-Kpmg el día 6 de febrero de 2008, es decir, hace menos de cuatro años, en plena campaña de las anteriores elecciones generales. No tengo la menor duda de que fueron pronunciadas con pleno conocimiento de causa -su autor llevaba cuatro años como Presidente del Gobierno- y con sincera intención de verlas cumplidas. Sin embargo, la realidad  ha demostrado que tras ellas se escondían promesas  irresponsables, y que la confianza mayoritaria que lograron de los españoles nos condujo a todos a la dramática situación social y económica en la que se encuentra hoy la sociedad española.

La conclusión inmediata de este ejemplo que tienen ante sus ojos los ciudadanos es obvia. Cuando las campañas se reducen a concursos de promesas evanescentes, a grandes espectáculos de imagen y sonido, a operaciones masivas de marketing, la noche de las elecciones se suelen cosechar buenos resultados, pero en los mil días siguientes los problemas lejos de resolverse se agravan y las soluciones que esperaban los ciudadanos se alejan irremediablemente.

 

Es la consecuencia inevitable de las campañas basadas en la táctica del voto útil sin contenidos ni compromisos -útil para los menos e inútil para los más- frente a lo que deberían de ser las campañas basadas la utilidad del voto -utilidad para la mayoría, pero inaccesibles para los mercaderes del marketing- protagonizadas por personas de fiar.

La anunciada y estrepitosa derrota del PSOE será fruto de sus propios fracasos y de su empeño desesperado de rechazar la terapia de la autocrítica, pensando tal vez que, de la misma manera que el terrorismo les brindó una victoria inesperada en 2004, ahora el terrorismo les podía servir de nueva plataforma de apoyo ciudadanos, en ambos casos de la mano del mismo director de estrategia, Alfredo Pérez Rubalcaba. Un error sobre otro error es siempre un error al cuadrado. Y al PSOE tras la derrota le espera un Big-Ban el día 21 de noviembre de alcance incalculable.

La consecuencia será una victoria servida en bandeja al PP que, lejos de sentirse razonablemente seguro de sus propias fuerzas para presentar en positivo sus compromisos como alternativa, se conforma con administrar el voto contra el PSOE y se empecina en desplegar las mantras del voto útil para evitar los compromisos concretos  que pudieran poner en duda la utilidad del voto. Por eso reitero un día más que la certeza de la victoria del PP el día 20 de noviembre está cada vez más vinculada a las dudas de lo que puede suceder los mil días siguientes, si el nuevo gobierno –con o sin mayoría absoluta- actúa sin referencias precisas que garanticen o refuercen las líneas maestras de la política nacional que necesita España para superar la actual situación de crisis.

Es claro para mí que el PSOE no estará durante mucho tiempo en condiciones de ofrecer apoyos suprapartidarios o de realizar una oposición efectiva, enfrascado en sus propios problemas internos para regenerarse y reorganizarse. Es evidente para la mayoría de los españoles que los nacionalismos de  CiU, PNV y CC solo estarán interesados en ofrecer su apoyo político y parlamentario al nuevo gobierno a cambio de propiciar una política nacional que se traduzca en “menos España”, como siempre han hecho, con más o menos fortuna. Por eso nuestro Estado de las Autonomías ha desembocado en el Estado de los Nacionalismos que tanta insolidaridad y tanta marginación ha producido en nuestra cohesión nacional.

En este escenario ¿qué razones políticas se pueden ofrecer a los ciudadanos para que sus votos tengan la garantía de que no reproducirán un nuevo fracaso del PP como ocurrió en el año 2008 tras la victoria del PSOE?. Para mí esta es la gran pregunta que todos deberíamos de contestar antes de decidir el sentido de nuestro voto libre y responsable. Desde luego, estoy convencido de que reducir los argumentos electorales al sentimiento de rechazo anti-PSOE y al concurso de promesas vacías envueltas en el voto útil sin compromisos no suponen ninguna garantía fiable.

Los votos de FORO en estas circunstancias, traducidos en una histórica representación por Madrid y por Asturias, sin precedentes en nuestra historia parlamentaria, adquieren un valor político excepcional, por tres razones:

Primera, porque los candidatos de FORO son personas que acceden a la política con vocación de servicio, en contraposición a los que aspiran a convertir en oficio la vida pública, y aportan ideas y energías renovadoras, que son el mejor revulsivo contra la tendencia al inmovilismo y al parasitismo que esterilizan a los partidos. Una mujer o un hombre que ejerce la docencia universitaria o el derecho o el deporte o cualquier oficio manual o una gerencia o la medicina tiene mucho más que aportar a los demás que quienes, sin más conocimientos que la “cocina” de su partido se intentan perpetuar en la vida pública convirtiéndola en el único “modus vivendi” que figura tercamente en sus biografías.

Segunda, porque FORO aspira a defender la representación territorial de los ciudadanos, madrileños, asturianos, o de cualquier región como un camino para que nadie en España sea más que otro, pero tampoco menos que los demás, y en que la excelencia esté determinada por el esfuerzo, por el rigor y por la solidaridad, y no por el tamaño, por la riqueza o por la historia. Otra buena razón para reclamar las políticas equilibradoras de las discriminaciones sociales que se avecinan, y las que con razones y también con votos, frente a los nacionalismos insolidarios, refuercen la fortaleza del Estado, al tiempo que reclamen simetría interterritorial en España y convergencia de todas les regiones con Europa.

 

Y tercera, FORO presenta en su programa electoral compromisos precisos que contrastan, en unos casos, y concretan, en otros, la semántica evanescente del programa del PP en capítulos decisivos como los estímulos para el crecimiento y el empleo, las políticas sectoriales para modernizar el tejido empresarial o las medidas para favorecer la competitividad. El programa de FORO se atreve a presentar compromisos concretos en los capítulos decisivos de las grandes reformas estructurales que necesita la administración pública, la sociedad civil y el tejido empresarial para crear las condiciones que impulsen de nuevo a toda la sociedad española por el camino del crecimiento, del empleo y del bienestar. Desde la lucha contra la corrupción hasta la reforma de la ley electoral. Desde la reforma de nuestro esquema de costes energéticos de la electricidad o de los carburantes, hasta el desmantelamiento del monopolio ferroviario de RENFE. Desde las medidas de fomento a los emprendedores hasta la nueva visión de la política exterior basada en nuestra diplomacia económica. No insistiré en los detalles para dar paso al coloquio que será quien escoja los que a Vds. más les interesen.

Estas tres razones de profundo contenido político se pueden sintetizar en tres conceptos diferenciales de los compromisos programáticos de FORO: regeneración de la vida pública, cohesión social e interterritorial, y reformas estructurales de la economía. Tres conceptos que los candidatos de FORO avalan con la credibilidad de su condición de personas de fiar. Somos personas de fiar que cumplimos y cumpliremos nuestros compromisos, como estamos demostrando con hechos en Asturias. No basta con proclamar que la política de austeridad y de estabilidad respetará la sanidad, la educación y los servicios sociales mientras la tozuda realidad desmiente el discurso. En cambio, cuando los hechos demuestran que en los Ayuntamientos y en el Principado gobernados por FORO se predica con el ejemplo, la retórica deja de ser protagonista de los discursos.

 

Me gustaría que el resultado del 20 de noviembre sea el éxito de la sociedad española, es decir, el triunfo de los compromisos que permitan a lo largo de los próximos cuatro años situar a España en el grupo europeo de los países respetados cuyos gobiernos favorecen el crecimiento económico y facilitan la creación de empleo. Y que de esta manera, dentro de cuatro años, ningún conferenciante pueda iniciar su intervención lamentando un nuevo fracaso del Gobierno, como esta mañana hice ante Vds. a partir de las propias citas del responsable del fracaso.

Lo cierto es que hasta el día 20 de noviembre los españoles tienen en sus manos el arma más formidable que existe para evitarlo: el voto libre y secreto. Apelo desde FORO a la razón suprema de la utilidad del voto como referencia principal para la decisión los españoles porque es la única garantía contra un nuevo fracaso de todos el día 20 de noviembre



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