Estamos a favor de un frente amplio de verdad, en Andalucía y en el resto de España. Pero un frente amplio no es un frente estrecho, ni en Andalucía y ni en el resto de España. Un frente amplio de verdad no es un frente de la izquierda contra la derecha. Es un programa político de frente amplio de todos los sectores sociales que sufren el atraco de la oligarquía nacional-extranjera. Es un frente amplio que une desde la clase obrera y demás sectores populares pasando por los autónomos hasta llegar a las pequeñas y medianas empresas. Un frente amplio que une a todos esos sectores sociales y que une a sus representantes políticos y a sus organizaciones sectoriales. Un frente amplio por la redistribución de la riqueza.
Un frente amplio en Andalucía -y en el resto de España- no es un reparto de puestos electorales -de lo que ya estaba unido y se había dividido- y de los fondos públicos que se cobran según los resultados electorales, y ello solamente entre ciertas fuerzas políticas. Un frente amplio es unir políticamente -dentro del 90% de la ciudadanía española- lo que no está unido, para enfrentarse, con un programa que obligue, a los que se están enriqueciendo a nuestra costa para que paguen -con sus inmensos beneficios- lo que nos deben. Un frente amplio debe formarse con un claro y urgente programa de redistribución de la riqueza para que la crisis la paguen los que han acumulado una descomunal riqueza a costa de empobrecer -de manera más grave o menos- a los “tontos” -como nos ha calificado el presidente “español” de la Iberdrola estadounidense- a los demás, es decir, a todos nosotros.
Más de una década de saqueo
Teniendo en cuenta la situación de Andalucía y del resto del país -una situación de crisis en la que mucha gente está pasándolo muy mal- existe una falta de expectativa de muchos sectores de la sociedad. Y por eso hay que proponer una alternativa rotunda, clara, con un proyecto y unos objetivos transformadores. En las anteriores elecciones, si ganó Moreno Bonilla, no fue por lo mucho que ilusionaba su alternativa ni porque llegaran a conquistar a la mayoría social andaluza, sino por la abstención, por el desencanto ante una posible alternativa a las décadas de gobiernos socialistas en Andalucía.
Lo que la situación pide es que se abra paso un proyecto que de verdad vaya a defender los intereses de la gente, y vaya a proponer otro camino para Andalucía, que es una de las comunidades que más recortes acumulan en España, junto a Madrid y Cataluña. Y, sin embargo, Andalucía tiene unos recursos enormes, un potencial inmenso. Es la tercera comunidad autónoma que más riqueza genera en toda España -tiene un PIB de 150.000 millones de euros-, es la segunda comunidad más extensa de nuestro país y la más poblada. Todo eso le da un enorme potencial, por no hablar de sus incomparables recursos culturales y artísticos.
Y el problema es que todo ese potencial no está al servicio de la gente, no está puesto en función de un proyecto que genere riqueza y empleo para los andaluces, para Andalucía y para el resto de España. Lo que nos encontramos es que en las tres crisis que ya llevamos “encadenadas” -la de los recortes y la austeridad del 2008; la de la pandemia, con todo lo que supuso de destrucción de tejido productivo; y la actual, con la subida de los precios y la inflación, ligada a la guerra de Ucrania- Andalucía es la comunidad que junto a Cataluña más recortes y ajustes presupuestarios ha sufrido. Andalucía lleva acumulados 42.000 millones en recortes sociales, contando la sanidad, la educación, la dependencia, salarios, pensiones, etc. Aproximadamente cada familia andaluza ha perdido -le han sustraído- 15.000 euros, a lo largo de todas estas crisis, recortes y ajustes, que han ido a los bolsillos de bancos, grandes empresas y fondos de inversión extranjeros -que son mayoritariamente estadounidenses- acreedores de la deuda.
Todo esto se ha acentuado muchísimo en estos tres años de gobierno de Moreno Bonilla. En Andalucía tenemos una sanidad pública que ha sido golpeada por los recortes. Esta comunidad es la que soporta una mayor externalización en sus servicios sanitarios y de dependencia, una externalización donde suelen acabar en manos de grandes fondos de inversión, a menudo estadounidenses. A veces se externaliza hasta lo más elemental, como es el servicio de ayuda a domicilio. Tras cada externalización pública nos encontramos un fondo buitre extranjero.
Es urgente redistribuir la riqueza
Por eso, una redistribución de la riqueza -que justamente ahora, con una situación de crisis acumulada sobre las espaldas de todos los andaluces- es más necesaria que nunca. Un programa que sólo planteen soluciones paliativas a los problemas de la gente, o un mayor endeudamiento de las arcas públicas, no va a la raíz del problema, ni a construir una alternativa que sea capaz de crear riqueza y empleo al servicio de la inmensa mayoría de los andaluces. En estos momentos, más que nunca, la redistribución de la riqueza es la única alternativa para la crisis, para Andalucía y para el resto de España.
Es urgente un frente amplio por la redistribución de la riqueza. Un frente amplio que una desde la clase obrera y demás sectores populares pasando por los autónomos hasta llegar a las pequeñas y medianas empresas. Un frente amplio que una a todos esos sectores sociales y que una a sus representantes políticos y a sus organizaciones sectoriales. Un frente amplio, no un frente estrecho.