Como en la película española a que hace referencia el título, habrá que llamar a las cosas por su nombre y alguien tendrá que decirlo de una vez: NO ESTAMOS EN CRISIS. Desengáñense: LA SITUACION ACTUAL NO ES LA FASE RECESIVA DE UN CICLO ECONOMICO MAS O MENOS LARGO.
El sistema económico occidental ha quedado totalmente desenfocado, desarticulado e incapaz de regenerarse por sí mismo: Los mercados no han funcionado, el sistema financiero vivió el colapso del crédito y la liquidez (que sólo fueron aportados por los Estados), las administraciones públicas son cada vez más grandes, ineficientes e insostenibles, ante nuestros ojos cada vez más estupefactos se están resignando y relocalizando los flujos y las reservas de capital hacia áreas geográficas emergentes y cómo nunca había sucedido en la historia, cada vez menos individuos (eso sí, no conocidos) detentan el poder y controlan las estructuras políticas, económicas y empresariales.
Con tantos servicios de inteligencia, embajadas, wikileaks, agencias, consultoras y demás nadie fue capaz de intuir ni valorar lo que está sucediendo, el hundimiento de bancos, corporaciones o países. Es más ante los ojos y el pasmo de occidente, las dictaduras del mundo árabe están siendo derrocadas no por el islamismo ni por Al-Qaeda, sino por la presión de los jóvenes desempleados y las capas sociales más desfavorecidas. ¡Benditos gurús!
QUO VADIS? ¿Qué se va a hacer a partir de ahora?
Los responsables políticos y económicos no han parado de hacer cosas. Es lógico (y bueno) que no estén sin hacer nada. ¿Cuál es el grave problema? Que no saben a dónde ir y por tanto sus acciones y respuestas tienden a ser caras y además ineficaces. A los políticos sólo podemos pedirles que aseguren que todo siga funcionando (lo que no es poco). Es decir, ¡que no jodan lo que queda! Ahora bien, lo que tendrían que hacer no lo están haciendo. A pesar del colapso sufrido, las transacciones financieras siguen haciéndose sin respaldo de bienes tangibles (ni tan siquiera respaldo de capitales): Se vende lo que no se tiene y se crea liquidez donde no la hay con derivados e ingeniería financiera.
Como comprenderán, los que nos han metido en esta situación serán incapaces de sacarnos de ella: Ni conocen en profundidad las causas (si lo hubieran previsto, lo hubieran corregido), ni son capaces de preveer cuáles serán los objetivos del futuro. Como mucho intentarán guardar su basura debajo de las alfombras. Necesitamos dar mayor participación a la sociedad civil. Afortunadamente las nuevas tecnologías en red permiten interrelaciones no conocidas hasta ahora y que hay que aprovechar y profundizar.
Si todo sigue como en la actualidad, las ganancias en productividad, la globalización, los intercambios de flujos financieros, el incremento de las relaciones comerciales no generarán suficiente empleo para que la población laboral encuentre un puesto de trabajo. Los empleos serán más escasos, peor remunerados, peor localizados y más flexibles. En definitiva, de peor calidad.
Nadie está dando pasos para cambiar el paradigma económico y los medios de producción. Necesitamos nuevas fuentes de energía que sean percibidas como lo suficientemente abundantes, baratas y accesibles para poder reconducir al mundo hacia sendas de crecimiento continuado y extensible a todos.
Ante este panorama, la elección es bien sencilla: O Moriles, o Montilla.