Como en las "pelis", basada en hechos reales. Lo que van a leer es de primera mano, ya que me sucedió a mi. Cuando abandoné el nido familiar para venirme a estudiar a la capital (Oviedo) en el primer curso del año 1.974/75, entre otras asignaturas tenia matemáticas. El titular de la materia era Marcial, que por aquel entonces cortejaba a Berta -sobrina, del temible, profesor Gayol- que era un "hueso" duro de roer. Si nada mas comenzar el curso, tenias la mala fortuna de que te sacaba al estrado y no dabas una...te decía: "por mucho que te molestes, ya estas suspendido" -joder, te quedaban, meses por delante, la moral por los suelos y la gente, pasaba de ir a clase, para qué?.
Volviendo a lo mio, frecuentaba por aquel entonces el "Mesón del Estudiante", en la calle Glez. Besda, allí desde el primer día nos acojió como una segunda madre Eloina y su hijo Toño, como si fuera un hermano más. Allí, entre clase y clase, había numerosas partidas de cartas. Destacaba una sobre las demás, en la mesa: Lolo Paredes (el Messi, del hockey sobre patines de la época -jugador del Cibeles-), Ortega, el primer internacional asturiano del mismo deporte -jugador, del Kiber de Mieres-, Rivas, Tino el "Roxu" y mi "profe" Marcial. Jugaban al julepe, al subastao, a lo que fuera, eso si, tenia que haber dinero por medio.
Ellos, ya andaban por segundo/tercer curso...lo cierto fue que una tarde, yo, como siempre estaba de "mirón" y va Lolo Paredes, y deja esta frase en el aire: "Lo que son las cosas, da gusto ver alternar a profesores con alumnos..." La cosa no iba con ellos. Marcial, se dio por aludido y dijo: "Aquí, no hay ninguno mio". A lo que replico, Lolo, detrás de ti... Marcial, se gira, y me dice, sacando una pequeña agenda: "Como te llamas?".
Al día siguiente, ya en clase, saca aquella agenda..."fulano de tal -yo-...salga al encerado/pizarra...llevaríamos un par de meses y nunca había preguntado en clase, fui el primer mártir. Me acorde de toda la familia de Lolo, mientras me acercaba...
Y así, fueron las siguientes clases...meses (entre mis compañeros/as de estudios, les conté de que iba la historia, para que no pensaran otras cosas), llego la primavera de aquel curso, un día, espere en la puerta del aula a Marcial, no entras -me dijo- te pido, le respondo, por favor, no me saques hoy..., tengo la "bragueta" rota, ni sube ni baja la cremallera. Se echo a reír, no era para menos. Menos mal, que me lo has contado, anda entra y tranquilo.
A los 10' ya me estaba llamando, por primera vez, me hice el loco y no respondía a su llamada. Mis compañeros que no sabían -en aquella, ocasión- nada. Se volvían hacia mi, con cara de sorpresa. Repitió mi nombre varias veces, me rendí. Eso si, tome la tiza y siempre de espaldas al resto de todos...El con lo guasón que era y es...no nos vas a mirar a la cara...En aquella ocasión gane yo, no me gire. Me tomo la mano y la guiaba con la ecuación/derivada/integral de turno, se dio cuenta, por el temblor -supongo- y me mando sentar.
Pasaron unas cuantas partidas de naipes más, pero aquel "moscón" observaba otras mesas. Un día, se acerca hasta la barra y me dice: "Tengo mucho interés en ti (académico,se entiende), con que no faltes a mis clases...estas aprobado", la verdad es que nunca falte a una y el cumplió con su palabra.
No crean que aprobé por la "bragueta"...estudié duro ya que sabia que estaría en el candelero siempre y todos los días de aquel inolvidable curso.
Al día, de hoy, cada vez que nos vemos nos abrazamos. Señal de que nunca hubo mal rollo