El mundo tendrá a finales de octubre 7.000 millones de habitantes. De esta cifra, 1.800 millones son jóvenes de entre 10 y 24 años. Además este mismo siglo se podría superar los 10.000 millones. La ONU en su informe "La población mundial alcanza las 7.000 millones de personas" alerta, una vez más, sobre la enorme brecha entre ricos y pobres y las cada vez mayores diferencias entre las capas más humildes y las más favorecidas del mundo.

"El asunto de la población es crítico para nuestra humanidad y para la Tierra. Pero no se trata de una cuestión de espacio, sino de igualdad, oportunidad y justicia social".

7.000 millones de habitantes.

El profesor David Bloom del departamento de economía y demografía de la Universidad de Harvard, declaró que “muchos países en desarrollo se enfrentarán a enormes dificultades en el suministro de alimentos

Según las estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la actualidad en el mundo hay 215 millones de niños trabajadores y 115 millones de ellos realizan labores peligrosas. Cada minuto uno de los niños que trabaja sufre un accidente, enfermedad o trauma psicológico debido a labores de riesgo.

Muchos de los pequeños operan con sustancias químicas peligrosas, pesticidas o corren riesgo de perjudicar su salud, manejando máquinas peligrosas. Con frecuencia a los niños les usan como servidumbre, les venden como esclavos o les obligan a dedicarse a la prostitución. Los niños trabajan en las plantas, granjas, minas, se involucran en la industria pesquera o simplemente se ganan la vida en las calles. Este problema no se limita solamente a los países en desarrollo. Por todo el mundo globalizado unos pocos obtienen riquezas incalculables, dejando inimaginables sufrimientos y pobreza para la mayoría.

En este mundo cada vez más pequeño y súper-explotado, el envejecimiento de la población es otro drama que se intensificará, especialmente dentro de los países industrializados, donde la proporción de población activa con respecto a la pasiva la balanza de personas en edad para trabajar ya está notoriamente desequilibrada. Uno de los objetivos de los políticos de los países más desarrollados es incentivar la natalidad con ayudas y subvenciones. Su teoría para multiplicar los nacimientos es directa y efectiva para calar en la inmensa mayoría de ciudadanos y despertar los peores temores; sencillamente, no habrá suficientes jóvenes para mantener el, cada vez más mermado, estado del bienestar y a los pensionistas de mañana.

Se plantean muchos retos y existen demasiados obstaculos para estabilizar la población, la explotación de los recursos naturales y la avaricia.
El sabio disfruta respeta y cuida lo que tiene. (APU)

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