En la madrugada de este jueves estuvo Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, en el plató de TV13, la cadena de la Conferencia Episcopal Española. Por el aspecto facial que lucía cabría pensar en dos posibilidades: o, por la hora, acababa de pegarse una buena cena regada con unas copitas de buen vino, o llegaba de recorrer Madrid cargando con un cirio de buen peso.
De la entrevista que le hicieron y de sus respuestas poco puedo decir, no entendí nada. Era todo tan laberíntico que, a pesar de mis años -por cierto; uno más que los de monseñor-, no entendí nada. Bueno, tal vez sí entendí alguna frase apocalíptica por haberla oído en la niñez: "La prepotencia del mundo tiene los días contados" o "todo es un engaño del maligno". Habló de sepulcros; pero de sepulcros raros y etéreos, y no, por supuesto, de los sepulcros reales que por miles se están abriendo en estas fechas en España y en el resto del mundo.
Lo que sí noté a Martínez Camino -igual que les ocurría a sus correligionarios de la Edad Media- fue lo muy preocupado que está por los avances científicos y técnicos. Continúa la línea del axioma: cuanto más imbéciles menos nos critican. El aseguró tajantemente: "Es una insensatez pensar que la "salvación" viene de la ciencia y la técnica". Me pregunto: ¿A qué se refiere con la palabra "salvación"?. ¿"Salvación" de qué y para qué?
En esta época de pandemia y de necesidades, en la que científicos, investigadores y técnicos están entregando su saber y en ocasiones sus vidas para ayudar a los demás; en el que organizaciones altruístas trabajan denodadamente ofreciendo sus servicios y su caridad a los más desfavorecidos, las palabras huecas de los trileros mentales están fuera de lugar.
Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, fue a TV13 a lo suyo: ¡es todo un profesional!