China, Japón y Corea del Sur han firmado recientemente un tratado de libre comercio. Los primeros ministros de China y Japón, Li Keqiang y Shinzo Abe, y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, se reunieron el pasado 24 de diciembre, por un lado, para llegar a un acuerdo económico sobre las relaciones comerciales entre los tres países y, por otro, para tratar de rebajar la tensión militar con Corea del Norte. La reunión se celebró en Chengdu, provincia de Sichuan, en el centro de China. Ha sido una cumbre con dos objetivos principales, uno explícitamente económico y otro implícitamente militar.
Esta cumbre celebra también el vigésimo aniversario de la cooperación económica entre China, Japón y Corea del Sur, y su importancia descansa en que estos tres países suman el 24% de la economía mundial, es decir, un cuarto de ella, y cuyo comercio trilateral supera los 720.000 millones de dólares (649.598 millones de euros). Una cumbre que trata de dar un nuevo salto adelante en los intercambios económicos entre los tres vecinos, y alcanzar un tratado de libre comercio entre ellos. Además de apostar por una solución pacífica y por la desnuclearización de la península coreana. En una de las declaraciones finales han reafirmado que la desnuclearización de la península coreana y la paz duradera en Asia Nororiental son los objetivos comunes de los tres países.
La aprobación del tratado de libre comercio entre estas tres potencias económicas regionales supone la promoción de las relaciones comerciales en condiciones de igualdad y de inversión empresarial, incluyendo áreas clave como la producción tecnológica y la inteligencia artificial. China ha garantizado que los inversores japoneses y surcoreanos contarán con idéntica protección y oportunidades que las empresas chinas cuando hagan negocios en el país. Un acuerdo que sería un fuerte punto de apoyo para enfrentar las presiones bajistas en la economía mundial por las medidas proteccionistas estadounidenses y su guerra de aumento de los aranceles comerciales contra China y otros países. Así mismo es un salto importante en la consolidación de la integración económica en Asia.
Este tratado de libre comercio se enmarca en otro firmado hace tres meses y cuya consecuencia sería la creación de la mayor zona económica de libre comercio del mundo, la Asociación Económica Integral Regional (RCEP en inglés), en la que participan los 10 miembros de la ASEAN junto con China, Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda. El tratado está en proceso de ratificación por los respectivos parlamentos nacionales. De hecho, China aprovechó esta cumbre para animar a Japón a que lo ratifique.
Sin embargo, también EEUU, de manera opuesta, está aplicando una presión económica y militar sobre los que son sus principales “aliados estratégicos” en el Extremo Oriente, Japón y Corea del Sur. Recientemente EEUU ha exigido a Japón que quintuplique el dinero que destina a cubrir los costes de las bases militares estadounidenses en territorio nipón -pasar de 1.800 a 9.000 millones de dólares-, el mismo incremento que exige a Corea del Sur, pasar de 1.000 a 5.000 millones. Mientras la superpotencia norteamericana, que vive su ocaso imperial, se lanza, con distintas medidas económicas y militares, a cercar a China; por el contrario, China y otros países asiáticos desarrollan entre ellos relaciones de respeto y beneficio mutuo, y emergen económicamente de forma incontenible. Por ello, hasta los “aliados estratégicos” como Japón y Corea del Sur tienden a escapar del dominio de EEUU. Eduardo Madroñal Pedraza