Sánchez debe dimitir

En el ámbito jurídico existe lo que viene en denominarse «simetría de los procedimientos» o «principio de paralelismo de las formas» que significa que las normas solo pueden ser modificadas de la misma forma en que fueron producidas.

La traducción de este principio al marco político se resume en una palabra: coherencia.

Y es esa coherencia la que exigen que Sánchez dimita.

A saber: se aupó al poder usando como coartada la corrupción con un párrafo redactado ad hoc por un juez sin escrúpulos; en su discurso hizo de la lucha contra la corrupción su bandera; los presuntos culpables condenados fueron personas relevantes de su partido; ganó las elecciones dopado gracias a los votos de los andaluces, gran parte de los cuales estaban comprados a través del dinero fraudulento de los ERES ilegales.

Vana ilusión. Sánchez no dejara la Moncloa ni bajo amenaza de una explosión nuclear. Para él, el poder ejerce una atracción irresistible y hará lo imposible para conservarlo. Incluso ponerse en la frontera del Código Penal en sus concesiones a los nacionalistas y separatistas. Proclama que España debe tener un Gobierno progresista y para ello se alía con un sujeto al que le da igual Marta que su hermana, experto en buscar problemas, encontrarlos, hacer un mal diagnóstico y aplicar los remedios equivocados. Un embustero, falso y fariseo para quien la corrupción del PSOE es algo del pasado, pero la del PP está de permanente actualidad. Hará filigranas con la ética con tal de abrazar el poder que está tocando con la punta de los dedos.

Dicen para salvar a Sánchez que, al momento de tejerse la madeja prevaricadora y malversadora del PSOE, era concejal del Ayuntamiento de Madrid, pero no mencionan que Pablo Casado, cuando se fraguó la Gürtel, estaba haciendo COU. En fin «la paja en el ojo ajeno».”

La verdad es que la comparativa entre la Gürtel y los ERES no admite réplica ni cualitativa ni cuantitativa.

Veamos. De lo juzgado hasta ahora, cabe destacar las siguientes diferencias: en la Gürtel, el capo era un particular, en los ERES, los primeros espadas del PSOE andaluz; en la Gürtel, se enriquecieron particulares y cargos secundarios del PP, en los ERES, se utilizó dinero público para tejer una red clientelar, comprar votos y consumir sexo y cocaína; en la Gürtel, fue condenado Bárcenas y alcaldes de segundo nivel, en los ERES diecisiete altos cargos socialistas; en la Gürtel, en el peor de los casos, están en juego 120 millones de euros, en los ERES, 680, que para los críticos con la historia, equivalen a trescientas veinte veces la herencia dejada por Franco.

La sentencia es demoledora y vergonzante para cualquier socialista honrado: absoluta falta de control, uso indebido de transferencias de financiación, elusión total del procedimiento establecido, desfases presupuestarios para abonos indebidos, pagos cruzados, destino de fondos a fines ajenos al interés público, sistema fraudulento…

Aun así, tuvieron suerte, primero porque en el tribunal juzgador no había ningún juez de la indignidad de De Prada, y segundo porque el favor de demorar la publicidad de la sentencia ya redactada a después de las elecciones, no es menor.

A pesar de todo, el siniestro Ábalos afirma sin ruborizarse que los ERES no son un caso del PSOE. Cínico. Chaves y Griñán fueron Presidentes a nivel nacional de una cosa que se llamaba PSOE. ¿Le suena de algo?

Dicen que Chaves y Griñán son honrados y honorables. ¿Prevaricar y malversar es de personas honradas y honorables? Dicen que no metieron dinero en el bolsillo.

¿Comprar votos y voluntades no es garantizar seguir cobrando un sueldo público?

«Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan».    



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