En cierta ocasión se le preguntó Jorge Luís a Borges si los males de la Argentina actual provenían del peronismo. El ciego de Rivadavia declaró: “No todos, ya que la culpa de los desarreglos que sufrimos la tenemos todos. Sin duda, yo mismo soy culpable”. La incógnita que se abre en el nuevo gobierno argentino es el verdadero papel que jugará la que será su vicepresidenta: Cristina Kirchner
De cada uno de los errores que en sus días de gran matrona de la Casa Rosada - sede del gobierno - pudo haber cometido, hay uno que aún sigue arrastrando y que algunos sectores – entre ellos el poderoso diario Clarín - no le perdonan: su arrogancia.
Aun así: ¿Cómo se le puede pedir humildad a una dirigente que, en compañía del “brujo” José López Rega, consultaba en las tenebrosidades de las noches nigromantes sus acciones políticas?
Y hablando de ella, viene a mano la chilindrina conocida “que los argentinos se suicidan arrojándose desde su propio ego”.
En los momentos actuales de amplios contrastes políticos y sociales en América Latina, y ante la llegada de un nuevo gobierno argentino presidido por Alberto Fernández, el país rioplatense parece abrirse a nuevos vientos de renovación, y eso sucedería si el electo jefe del Estado consigue realzarse sobre de los peronistas del viejo cuño y mantener controlados los resentimientos de su vicepresidenta Cristina Elisabet Fernández de Kirchner.
A la victoria del nuevo justicialismo, Nicolás Maduro ha sido – tal vez el primero - en felicitar a Fernández. Los dos telegramas - el enviado a Buenos Aires y la respuesta a Caracas no tienen desperdicio.
El de Nicolás Maduro:
“¡Felicitaciones al heroico pueblo argentino! En un ejercicio histórico democrático, han derrotado al neoliberalismo del Fondo Monetario Internacional. La contundente victoria de Fernández y Cristina abre el horizonte de esperanza hacia un futuro mejor para la Argentina. ¡Un Abrazo!”.
La réplica de Fernández posee un anhelo hacia libertades plenas en Venezuela tan sufrida en la actualidad:
“Gracias Nicolás Maduro por sus felicitaciones. América Latina debe trabajar unida para superar la pobreza y desigualdad que padece. La plena vigencia de la democracia es el camino para lograrlo. …”
Pocas veces en política latinoamericana unas cortas líneas hayan podido decir tanto sobre el futuro que se plantea a partir de ahora en las relaciones entre Caracas y Buenos Aires.