Amigo Luis, director: Le costó a la Parca llevarte, luchador como fuiste siempre, aunque, al final, como a menudo me decías con humor, 'no vamos a quedar aquí'. Ojalá puedas pasear las verdes praderas de Manitú, como te gustaba referirte al más allá.
Mientras encajo la triste realidad, pasan veloces recuerdos de casi cuarenta años de amistad forjada en el ejercicio periodístico, parte de ellos contigo como director en la Hoja del Lunes de Oviedo y en La Voz de Asturias, pero también en muchos proyectos y aventuras informativas de la sociedad asturiana en los que, de una u otra forma, coincidimos. Buena parte de mis modestos éxitos en esas andaduras los debo a tu apoyo y enseñanza, así que: gracias, Luis.
Contigo, y con otros buenos amigos y colegas que se anticiparon en el viaje que acabas de emprender, tuve la suerte de vivir un periodismo que me temo queda para las novelas, las películas y las añoranzas. La búsqueda de la noticia o el reportaje con los que alimentar a diario el molino de la redacción; el cuidado de las fuentes informativas como de un tesoro, la confirmación de los datos, el respeto a los lectores...todo eso que fue la pasión de tu agenda de notas. Ahora que la jubilación me está mirando a la cara, echaré de menos el fragor de la batalla y el calor de sus guerreros. No su recuerdo, que me acompañará mientras viva lo que me toque en suerte.
Eso sí. Por lo menos, los homenajes te los dieron, te los dimos, en vida. Que siempre te fastidiaba que a la gente se le diese reconocimiento cuando ya no estaba entre nosotros, a toro pasado, como quien dice. Y, como más de una vez dijiste, pudiste trabajar en lo que querías, en tu propia ciudad, en tu propia tierra.
No quiero alargarme. Hoy habrá muchos obituarios y artículos dedicados a tu persona. Y bien que los mereces, porque me consta que, buena persona como fuiste siempre, hiciste todos los favores que pudiste e, incluso, algunos casi imposibles.
En nuestra última comida, reciente, en compañía de buenos amigos, recuerdo que hicimos una reflexión sobre la grandeza de la amistad y el tesoro que supone para la vida. Otra filosofía que compartimos.
Escribiste cuando se nos fue Fausto: El periodismo asturiano está de luto. Así es hoy, de nuevo. Un abrazo, Luis. Hasta siempre.