Siete necesidades de la mayoría social en España

Estas son las necesidades clave de la mayoría social en España para afrontar la difícil y peligrosa situación que encaramos, excluida ya cualquier posibilidad de un gobierno progresista con la nueva convocatoria de elecciones y ante las turbulencias derivadas del inicio de otra recesión económica, especialmente en Europa, ante las tensiones provenientes del procés catalán, y, sin olvidar, ante los planes bélicos de EEUU.  

Pero primero hay que recordar ciertas verdades. España es un país rico, es la cuarta economía de la zona euro y la catorce del mundo, el PIB per cápita es de 25.900 euros. El PIB español -es decir, la riqueza que socialmente generamos cada año- entre los años 1997 y 2008 se duplicó, entre el 2009 y 2014 en plena “crisis” apenas disminuyó tres puntos y a partir de 2015 empezó a subir de nuevo. Es decir, la disminución del PIB español en absoluto justifica los recortes en pensiones, salarios, sanidad, educación  y otros servicios que hemos sufrido. Los recortes son fruto de hacernos pagar al 90% de la población las pérdidas de los grandes capitales, por ejemplo, el rescate bancario. Y desde 2015 los recortes, y ciertas leyes, han permitido una acelerada acumulación de beneficios de los oligopolios, nacionales y extranjeros, a nuestra costa.  

La primera necesidad es una redistribución salarial, una política salarial que no se limite a subir el Salario Mínimo Interprofesional, porque no se garantiza ni siquiera que los trabajadores con empleos precarios, temporales o por horas lleguen a cobrar ni la mitad del salario mínimo establecido. Hace falta aplicar una verdadera redistribución salarial. Es decir, que nadie, sea hombre o mujer, gane menos de 1.000 euros netos al mes. Pero también imponer un tope salarial, para que nadie cobre más de 10.000. La redistribución salarial es una medida fundamental no solo para acabar con los trabajadores pobres, sino con la discriminación salarial de las mujeres.  

La segunda necesidad es blindar las pensiones, porque revalorizarlas de acuerdo al IPC no garantiza el Sistema Público de Pensiones, y más cuando el FMI, Bruselas y la banca tienen en el punto de mira su privatización, cuanto menos parcial, para controlar los ingentes recursos del sistema. Por ello, es necesario blindar las pensiones en la Constitución como un derecho fundamental para que ni se recorten ni se privaticen.  

La tercera necesidad es derogar la reforma laboral. No es suficiente con modificar algunos de sus aspectos más lesivos. Hay que derogar una reforma laboral que ha cambiado el mercado laboral -precarizándolo, generalizando el despido libre y casi gratuito, el empleo precario, temporal y a tiempo parcial-, ha recortado drásticamente los derechos laborales y ha quebrado la negociación colectiva.  

La cuarta necesidad es una redistribución fiscal. Es necesaria una reforma fiscal integral y progresiva para que la banca, los grupos monopolistas y las grandes fortunas contribuyan de acuerdo a sus multimillonarios beneficios, acabando con los privilegios fiscales y que el impuesto de sociedades llegue hasta el 50%. No basta con hacer una reforma parcial del impuesto de sociedades para que paguen un mínimo del 15%, que sería menos de lo que las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y los autónomos ya están pagando.   

La quinta necesidad es recuperar el dinero público de los rescates bancarios. Más de 125.000 millones de euros del dinero público ha recibido la banca para salir de su crisis y tener ya beneficios estos últimos años. Es el momento de recuperar los más de 125.000 millones de euros de los rescates bancarios para ponerlos al servicio de la reindustrialización del país y del cambio de modelo energético con energías limpias y renovables. Y para ello también es necesario tener una gran “Bankia pública”.   ¿Por qué no se ha de recuperar la ingente cantidad de riqueza expropiada a la inmensa mayoría de la población, mediante los recortes, la rebaja de salarios y pensiones y los rescates bancarios, para ponerla -junto con los inmensos recursos y riqueza que se generan cada año- al servicio del país  y las necesidades de los ciudadanos?  

La sexta necesidad es una política de paz y neutralidad. Hay que romper con el encadenamiento militar de nuestro país a los planes bélicos de Estados Unidos. Una agenda peligrosa que se oculta y sobre la que se extiende un espeso manto de silencio, pero que tiene consecuencias graves para nuestro país. Ahí está la exigencia de Trump para que España aumente su presupuesto militar hasta el 2% del PIB, lo que supondría un aumento de 15.000 millones de euros, a descontar de la sanidad, la educación y las pensiones. Y ahí está el aumento de la participación de España en las misiones internacionales de la OTAN y del Pentágono.  

Y la séptima necesidad es imprescindible. Sólo con la unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de nuestro país podremos abrir un camino que suponga un cambio real en nuestras condiciones de vida y en nuestras libertades. Porque catalanes, madrileños, canarios, vascos, andaluces… tenemos los mismos problemas e intereses y nuestra división sólo beneficia a aquellos que buscan aumentar su saqueo y su dominio sobre nosotros.



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