Se cumplen treinta años de la visita del Papa Juan Pablo II a Asturias y en concreto a Oviedo y Covadonga por lo que esa aguda reportera que es Ana Valverde del programa “Conexión Asturias” de la televisión autonómica me entrevista en la biblioteca pública de El Fontán para recordar aquel acontecimiento histórico para el Principado. Y lo hace mientras revisamos tomos de la prensa regional de aquella época en la que yo dirigía “La Voz de Asturias” entonces propiedad del Grupo Zeta.
Recuerdo que con motivo de la citada visita papal echamos el resto sacando a la calle el mismo día que Juan Pablo II recorría las calles de Oviedo y oficiaba una misa en La Morgal ante 150.000 personas, un día de verano y a pleno sol, un número monográfico sobre el acontecimiento de 180 páginas, el mayor de la historia del periódico asturiano, que no solo adjuntamos a la edición normal del diario sino también vendimos en el propio recinto de La Morgal no sin antes vencer las reticencias del Arzobispado, era Gabino Díaz Merchán el titular, quien por cierto compró miles de monteras piconas para dar a los asistentes a la multitudinaria misa pero como fueron menos fieles de los previstos se encontró con que le quedó un stock de varios miles del que se vio y deseó meses después para deshacerse de él, creo que vendiendo cada unidad a peseta.
El monográfico de ”La Voz de Asturias” fue todo un éxito, hecho por un periódico con fama de progre e izquierdoso, metiéndo, eso sí, un buen gol periodístico a la competencia mucho más conservadora que nosotros. Tenía por aquel entonces un muy buen equipo de profesionales en “La Voz” participes en el citado monográfico comenzando pro mi director adjunto en aquellos tiempos, Rodolfo Sánchez, hoy director de comunicación del ayuntamiento de Oviedo, Angeles Solís, encargada actualmente de los congresos promovidos por el ayuntamiento, Pilar Campo que luego se especializó en temas judiciales siendo hoy “number one” en ese campo, Tano Ramos, el fotógrafo José Vallina, hoy ojo mágico de la Junta General del Principado, Luis Mugueta, en la consejería de Cultura, Ignacio Sánchez Vicente, actualmente funcionario en el ERA, etc.
Por aquel entonces era Pedro de Silva presidente de Asturias, Manuel Ponga delegado del Gobierno y Antonio Masip alcalde de la capital quien regaló a Juan Pablo II una reproducción de las sandalias de San Pedro que por lo visto se guardan en la Cámara Santa. Recuerdo que el entonces Príncipe de Asturias Felipe de Borbón acudió a los actos del Papa en Covadonga y el mismísimo Felipe González, presidente del gobierno de la nación, fue al aeropuerto de Santiago del Monte a despedir a Su Santidad.
Uno de los más emocionantes momentos en mi opinión es cuando los miles de asistentes a la misa en La Morgal entonaron el “Asturias, patria querida”. Juan Pablo II venía muy cansado y cuando se trasladó a Covadonga, donde pernoctó, tenía fiebre pero una milagrosa tisana preparada por una monjita del lugar le dio fuerzas para al día siguiente subir hasta Los Lagos y pasear con unas zapatillas que apresuradamente hubo que comprar en Cangas de Onís.
Recuerdo también que cuando Juan Pablo II aterrizó en Ranón al pié de la escalerilla estaba el sacerdote Juan José Tuñón, entonces joven párroco de la zona, posteriormente abad de Covadonga y hoy párroco de San Francisco, mi parroquia, en Oviedo.
En fin, que para Covadonga y para Asturias la visita papal fue un gran lanzamiento turístico. Gracias a ella al año siguiente se sobrepaso el millón de visitantes. Lástima que con motivo del centenario el año pasado no se aprovechase el tirón del Santuario, pero ya se sabe lo que suele ocurrir cuando interviene la política.