Patatas calientes

El próximo sábado ante la toda Asturias en la Junta General del Principado el nuevo presidente de nuestra autonomía Adrián Barbón tomará posesión de su cargo; al día siguiente, domingo, hará público los nombres de los diez consejeros de los que cinco serán mujeres, probablemente con Gemma Llamedo a la cabeza.

El que será el noveno presidente de la autonomía asturiana y el primero nacido hace cuarenta años, cuando ésta ya estaba vigente, se dispone a coger la máxima responsabilidad regional para los próximos cuatro años. Mi espía preferida, la XP XIII, opina que si la toma de posesión se fija para una tarde del sábado es porque el presidente en funciones del gobierno de España Pedro Sánchez tiene la intención de asistir a la misma, que la sintonía entre la Federación Socialista Asturiana y el PSOE estatal es completa y la fidelidad al jefe por parte del ex alcalde de Laviana está también por encima de toda duda.

Adrian Barbón quiere que los asturianos huyamos del pesimismo lo que no será fácil tal como está la situación socio económica en nuestra región. Hoy mismo leo en «Vox populi» que un de nuestras principales industrias, la centenaria Duro Felguera, vuelve a estar con el agua al cuello y pide urgentemente ayuda al Gobierno y a los bancos, con el Santander a la cabeza, para que le doten con la suficiente liquidez y así poder afrontar los avales de los nuevos proyectos que está gestionando por varios países. Pese a la fuerte política de desinversiones que está llevando a cabo en los últimos meses, el traslado de su delegación de Madrid a Gijón, y la negociación con la Agencia Tributaria con la que tiene varios frentes abiertos, hay expertos que temen por el mantenimiento de sus 1.600 trabajadores. Si como se comenta el abogado Juan Cofiño es el nuevo consejero de Industria ahí tendrá el mismo lunes sobre la mesa una de las varias patatas calientes del sector industrial asturiano, con Alcoa, Arcelor Mittal a la cabeza, por citar.

Otra situación más que preocupante para la opinión pública asturiana es la situación de deterioro a que ha llegado el servicio de tren por vía estrecha, antiguo FEVE, cuya mayoría de unidades un día si y otro también dejan tirados en las estaciones y apeaderos a los pocos usuarios del mismo. Que tiempo atrás se les fusionase con RENFE solo ha servido para empeorar y la situación de su parque ferroviario da pena. Eso sí, quien no falla, menos mal, es el elegante y caro tren turístico, el Transcantabrico, a cuyos pudientes usuarios se les cuida con mínimo y sin fallo alguno, todo lo contrario, por supuesto, que a la buena de vecina de Collanzo que quiere llegar en tiempo y forma a Oviedo a una consulta médica, pro ejemplo.

Una autonomía débil y poco imaginativa como la nuestra, esperemos que Adrián Barbón la cambie para bien, no tuvo en su momento el valor de hacerse con la gestión del FEVE como pasó en el País Vasco o en Baleares. El caso es que al día de la toma de posesión del nuevo presidente del Principado Asturias no tiene ni alta ni baja velocidad ferroviaria y en concreto venir desde Pola de Laviana a Oviedo en FEVE Adrián Barbón lo tendrá crudo, así que a tirar de coche oficial. No queda otra.



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