Grano no hace granero, pero…

Mi espía preferida, la XP XIII, me hace llegar la noticia que después de 62 números y diez años y medio de existencia cierra la revista "Atlántica XXII", una revista de denuncia y defensa de la Asturias irredenta fundada por el periodista Xuan Cándano, redactor del Centro Regional de TVE y combativa pluma de causas difíciles, y que también fue su primer director hasta hace un par de años que le sustituyó David Remartínez, otro excelente profesional de la comunicación, a quien traté en el diario "El Comercio" hasta que fue trasladado al "Diario Montañés" en Santander, periódico de la misma cadena, Vocento, para retornar a Oviedo donde, como digo, se hizo cargo de la dirección de "Atlántica XXII" hasta ahora.

La revista, de gran calidad en presentación y contenido, dio cabida en sus páginas a colaboraciones poco habituales en las publicaciones de información general. Hizo denuncias, la mayor parte cayeron en saco roto, y en absoluto se ganó el favor del poder, todo lo contrario, lo que les ha llevado al cierre denunciando que si bien han contado con el favor de suscriptores y público en general no así con las instituciones ya que a lo largo de su existencia no han tenido la más mínima publicidad, acusando en concreto a los gobiernos de Javier Fernández del olvido y falta de ayuda.

Que una publicación como ésta desaparezca no es buen síntoma; más bien es un síntoma más de la crisis asturiana y de la falta de identidad regional. Además, a la desaparición de "Atlántica XXII" creo que hay que añadir la de otra publicación, "Asturias diario", editada por Carlos Castilloy que lleva semanas sin aparecer por los quioscos y sin que su página web se actualice. Se que unos granos no hacen granero, pero… Asturias necesita estas publicaciones y muchas más a modo de vigías sobre nuestras instituciones y en especial sobre nuestros políticos en el poder y en la oposición.

A pocas fechas de haberse celebrado las elecciones algunos cabezas de lista, caso de Juan Vázquez o del ministro Borrell, por citar, tras ser votados por miles de ciudadanos dan ahora la espantada renunciando a sus puestos como eurodiputados o diputados autonómicos en base a sus intereses personales lo que no me parece bien. Y es que al votante le queda cara de tonto ante estas actitudes.

No me sorprende porque no es la primera vez que ocurre cuando se inicia una legislatura el aumento de sueldos de concejales y alcaldes en algunos ayuntamientos y también en parlamentos autonómicos. Sin que ello quiera decir que se salten la legalidad que marca el Ministerio de Hacienda a los ciudadanos de a pie nos choca ese afán de ajustar al alza sus retribuciones. En Oviedo, por ejemplo, el nuevo equipo municipal anuncia recortes en el presupuesto ante la falta de dinero pero va a aprobar un aumento de 8.000 euros anuales a cada concejal si bien a cambio se recorta lo que percibe cada grupo municipal. El pretexto es que en Gijón ganan más. Por Dios, todo menos ser aldeanos.

 



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