Me aconseja un amigo simpatizante del Partido Popular: "Tienes que ir a Madrid, verás lo que ha cambiado la capital desde que José Luis Martinez Almeida , Begoña Villacís y Vox ocuparon el Ayuntamiento; nada que ver con la triste etapa de Manuela Carmena". Y como confío en el y su objetividad, esta semana, mañana concretamente, pienso desplazarme a la capital del reino. Quiero comprobar "in situ" la realidad del cambio.
Estos días veo por televisión las sucesivas intervenciones de Inés Arrimadas. La encuentro como desubicada fuera de su feudo natural que era Cataluña. Está insegura, supongo que a la espera de que el líder de su formación, Ciudadanos, acabe de ubicarse ideologicamente y parentalmente. Albert Rivera -espero que no sea por el encoñamiento propio de un adolescente enamorado- o ha perdido los papeles o ha asumido -tras el fracaso en su asalto al Partido Popular- que su puesto en la política es la de un segundón venido a menos. Un segundón malo y sin un criterio fiable.
Ciudadanos, viendo lo que se ve, no es ni puerta, ni llave, ni siquiera bisagra; en estos momentos a lo que más se parece es a una alcayata clavada en la pared y en la que tanto el PP como Vox cuelgan las chaquetas de sus deseos.
Juan Carlos Monedero - que no se sabe de que va salvo de duro entrevistador propagandístico de Pablo Iglesias, secretario general de Podemos) dice que si no hay ministros de la formación morada no habrá gobierno del PSOE. El lo debe de saber a ciencia cierta porque se lo hayan comentado el propio Pablo Iglesias y su segunda, Irene Montero, tomando el café después de una cena en su chalet de Galapagar. Que se sepa -y puesto que afirman contundentemente que sin carteras ministeriales no habrá apoyo a la investidura del candidato socialista y ganador de las elecciones, Pedro Sánchez- no han consultado, aún, para un asunto tan transcendental, a las maltrechas bases (círculos, cuadrados y puntos suspensivos) después de los pírricos resultados obtenidos en las urnas.
¡Ah!, y volviendo a Madrid, aprovecharé la ocasión para matricularme en el "Aula de liderazgo" que el Instituto Atlántico de Gobierno que preside José María Aznar y la Universidad Francisco de Vitoria organizan con el fin de ofrecer "sesiones magistrales para reflexionar y debatir sobre temas de máxima actualidad....". Algunos de los ponentes -contratados por José María Aznar- son de máximo interés por su sabiduría y su experiencia. Dos de ellos son Pablo Casado y Albert Rivera (¿Aula de perdedores?) en su mejor momento para impartir clases magistrales. Otro es el ex ministro del Partido Popular, Josep Piqué, recientemente implicado por la Guardia Civil en el turbio asunto de la pomposa y ruinosa obra de la Ciudad de la Justicia.
El "Aula de liderazgo" promete y allí estaremos. Todo lo que organiza, dirige o controla José María Aznar es éxito seguro. Ya nos tiene acostumbrados.