¿Son importantes las elecciones europeas? ¿Cuáles son los problemas clave en España y en Europa? ¿Hay una oportunidad en este momento?
Antecedentes relevantes
El 26 de mayo estamos convocados a las urnas por las elecciones europeas. En muchas comunidades, los votantes tendrán tres urnas, autonómicas, municipales y europeas. A lo que se añade que venimos de una campaña de elecciones generales que, la verdad, ha sido bastante dura y crispada. Estas coincidencias pueden contribuir a que la importancia de estas elecciones europeas pase a segundo plano. Y sin embargo, las elecciones europeas son decisivas.
Europa sí importa. Porque lo que impide detener los recortes e impulsar medidas para redistribuir la riqueza en España no son principalmente los ayuntamientos y los gobiernos autonómicos, porque los recortes se imponen desde Bruselas. Desde Bruselas se ha impuesto la reforma de las pensiones, las sucesivas reformas laborales, el cambio del artículo 135 que supone una asfixia para nuestra economía poniendo el pago de la deuda y sus intereses por delante de cualquier otra necesidad social.
Preguntas fundamentales ¿Hace falta que se blinden las pensiones en la Constitución para que ningún gobierno pueda recortarlas ni privatizarlas, frente a las amenazas de insostenibilidad y de privatización que constantemente lanzan el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional? ¿Hace falta que ningún salario esté por debajo de 1.000 euros y ninguno por encima de 10.000? ¿Hace falta que se deroguen las reformas laborales impuestas por Rajoy a instancias de la Unión Europea?
¿Hacen falta una moratoria y una renegociación de la deuda que asfixia nuestra economía, así como la derogación del artículo 135, que el gobierno de Zapatero aprobó, impuesto por Merkel? ¿Hace falta que se renegocien las cuotas de producción a la industria, la agricultura y la pesca y las políticas de la Unión Europea que limitan nuestro desarrollo económico?
¿Hace falta una Bankia pública, para reindustrializar España con el dinero del rescate bancario, frente al proyecto de privatización de Bankia que impone Bruselas? ¿Hace falta un plan de creación de empleo productivo con alto valor añadido, frente al plan de una economía de servicios y que España se convierta en la “Florida” de Europa? ¿Hacen falta una sanidad pública, una educación y unos servicios públicos de calidad frente a los recortes que los degradan?
¿Hace falta una Europa, en un mundo crecientemente convulso, que sea un factor de paz y no de agresión y guerra contra los pueblos bajo el bastón de mando de Donald Trump?
Consideraciones finales España tiene ahora una mejor situación -para defender sus intereses nacionales en el actual tira y afloja de las relaciones europeas- que ha tenido en la última década. Ahora bien, la pulsión de las clases dominantes alemana y francesa es tratar de imponer sus intereses y obtener ganancias a costa del resto de los países europeos. El futuro Gobierno español va a estar sometido a la doble presión de Washington y de Berlín, y sólo podrá contribuir a defender los intereses del 90% de la sociedad española en la medida en que se atreva a ejercer algún nivel de autonomía e independencia nacional. La amplia movilización popular en las urnas estas pasadas elecciones así lo avala y lo exige.
Quizá sea el momento de apostar por otra España en otra Europa, de contribuir a hacer fracasar también en Europa los proyectos reaccionarios y rancios, sean en versión Abascal, Salvini o Puigdemont, que quieren dividirnos para dominarnos mejor, de trabajar por una Europa sin hegemonía germana, democrática y al servicio de sus pueblos.