En la presentación ayer del libro de Antonio Checa tuve la ocasión de saludar al cangues residente en Avilés, Manolo Rubio, hoy jubilado, otrora destacado bancario de la localidad, con el que desde hace años he tenido relación de amistad, reforzada en la época en la que colaboró con la Asociación de Amigos de Cudillero. En 1979, primeras elecciones municipales democráticas, fue concejal por UCD de la villa del Adelantado de la Florida y miren por donde ahora va de siete en la lista de Ciudadanos tras una larga etapa como afiliado al Partido Popular del que se ha dado de baja hace unos meses y es que, créanlo, no ha sido Angel Garrido, el de Madrid, el único en echarse en brazos de Albert Rivera y compañía.
Y es que hay mucho ciudadano de a pié, curtido en las diferentes etapas políticas por las que vamos pasando, que suspiran por un centro político, como el que en su día cohesionó Adolfo Suárez y permitió desde La Moncloa conducir una transición sin traumas y con los justos sobresaltos, afortunadamente entonces perfectamente superados. Como bien dije ayer en el Club de Prensa de "La Nueva España" el centro fue dinamitado por la tensión y los soterrados enfrentamientos entre las distintas familias que componían Unión de Centro Democrático, lo mismo, en el caso de Asturias, que ahora en menor medida le está pasando al Partido Popular, incapaz por el momento pese a los deseos de Pablo Casado de asentarse en ese espacio político y que disputan, obviamente, con Ciudadanos.
Me prestó saludar en dicho acto a Emilio García Pumarino que fue el primer presidente de UCD en Asturias en tiempos de la transición con el homenajeado Antonio Checa como secretario general. García Pumarino recordó que abandonó la política en 1982 al desaparecer UCD, un ejemplo más del desencanto surgido en aquella época, dedicándose a su profesión de registrador de la propiedad en Madrid. Sin embargo en los últimos tiempos había retomado su relación con Checa a quien define como "un verdadero creyente social demócrata" que entró en política con la idea de luchar por una sociedad mejor, sin pedir nada a cambio. Un buen político, perseverante, trabajador y con audacia, quien se dio cuenta que para ganar en Asturias lo primero que había que hacer era lograr la alcaldía de Oviedo lo que UCD logró con el abogado Luis Riera al frente, tal es la opinión de Emilio García Pumarino.
Otro abogado y ex diputado, Juan Casero, pieza también importante en el desaparecido partido centrista, me insta a que escriba un libro con mis vivencias periodísticas pero le contesto lo mismo que Javier Vidal: a estas alturas estoy ya muy vago. Javier Vidal, actual número dos en la candidatura de Ciudadanos al ayuntamiento de Avilés, me recuerda que, sin embargo, tiene muchos documentos guardados con sus experiencias en aquellos años, logrados a través de la labor de dos periodístas que precisamente le fueron recomendados por mi: Miguel Somovilla y Mario G. Bango.
No quiero finalizar estas líneas sin referirme a la intervención del profesor José Girón quien calificó la actual situación política en nuestro país como crispada con ataques y descalificaciones al uso entre políticos, principalmente los más jovencitos, tan distinto a lo que se vivió en aquellos años de la transición donde en aras de una mejor concordia y sentido ciudadano líderes de polos opuestos, Manuel Fraga y Santiago Carrillo, por ejemplo, negociaban y se saludaban con una excelente relación personal, ajenos completamente, y para bien del país, de cualquier tipo de cordón sanitario. Deberían de aprender los actuales.