El Banco de Santander cerró 2018 con 7.810 millones de euros de beneficios, un 18% más. Iberdrola con 3.014 millones. O Telefónica con 3.331 millones. Entre los tres han aumentado sus beneficios en más de 1.600 millones de euros en un año. Mientras tanto, los salarios perdieron un 1,1% de poder adquisitivo. Este bocado a los salarios alcanza el 2,6% si contamos los dos últimos años. Según una empresa como Adecco, eso significa que cada trabajador tiene 469 euros menos que hace dos años. Esto es lo que pasa en España. Desde 2013 el PIB sube, pero la desigualdad aumenta.
Los seis mayores bancos del país declararon, de 2008 a 2017, beneficios por valor de 84.000 millones de euros. ¿Cuantos impuestos pagaron? No es que no lo hicieran, es que Hacienda les “devolvió” 164 millones de euros. El más beneficiado fue el Banco de Santander: lideró el ranking de beneficios, con casi 64.000 millones, pero su saldo tras pagar impuestos da 1.900 millones a su favor.
Este aparente disparate es el resultado de una legislación hecha a la medida de grandes bancos y monopolios. Primero Zapatero y luego Rajoy rebajaron el tipo máximo del impuesto de sociedades, el que pagan las grandes empresas por sus beneficios, del 35% al 25%. Pero, sobre todo, elaboraron una sofisticada trama de deducciones, solo al alcance de los grandes conglomerados, que rebaja drásticamente el tipo que realmente pagan. Su máxima expresión son los llamados “créditos fiscales”. Los bancos del Ibex 35 los tienen por valor de 64.439 millones, y los utilizan para reducir su factura fiscal, o incluso para que Hacienda les “devuelva” más de lo que han pagado.
Por ejemplo, según datos de la Agencia Tributaria y del sindicato de técnicos de Hacienda Gestha, en 2011 la tributación real sobre salarios y beneficios fue la siguiente: las multinacionales pagaron un 2,4%, los bancos un 2,84%, los grandes grupos empresariales un 5,99%, frente a las empresas grandes que pagaron un 13,65%, las pequeñas y medianas empresas un 18,78%, y los trabajadores un 18,1%.
Los grupos empresariales son solo 3.571, y acumulan el 59% de los beneficios, más que el 1,5 millones de empresas restantes que pagan el impuesto de sociedades. Pues bien, proporcionalmente pagan la mitad que las medianas empresas, y tres veces menos que las pymes o los trabajadores en el IRPF. Y cuando más poderosa es la empresa, menos paga.
Estos “regalos fiscales” a bancos, oligopolios y capital extranjero suponen un enorme agujero para la hacienda pública. El impuesto de sociedades es el único que está todavía muy por debajo de lo que se recaudaba en 2007. Mientras que del IRPF e IVA -los impuestos que paga la mayoría de la población- se recaudan 36.296 millones más, por sociedades entran en el erario público 20.644 millones menos. Los “papeles de Panamá” son ya un clásico escándalo mundial del fraude de las grandes empresas y fortunas. Pero en España existe un “paraíso fiscal legal” al servicio de la oligarquía y el capital extranjero. se constata en un informe de Gestha en el que se asegura que “España es un paraíso fiscal para las multinacionales. Si soportasen la misma carga tributaria que las pymes, España recaudaría 8.250 millones más al año”. Y ya sabemos que el 80% de los grandes bancos y monopolios del Ibex 35 poseen filiales en alguno de los paraísos fiscales más conocidos.
El pasado año las ganancias de solo 6 grandes bancos ascendieron a 16.676 millones de euros. Es más del doble que la suma del presupuesto de los ministerios de Educación y Sanidad. Y supone un aumento del 22,4% respecto a las ganancias de 2017. Durante los años “de la crisis” el montante de la plusvalía que los grandes oligopolios sacan de nuestro país se ha multiplicado un 150%, pasando de más de 66.000 millones en 2009 a más de 100.000 millones en 2017. Mientras tanto, mejor dicho, para que eso sucediera, se han recortado salarios y pensiones, jibarizado los presupuestos de la sanidad y la educación pública y las ayudas sociales... Si se aplicara a los grandes bancos y monopolios un impuesto del 50% y al resto de bancos de tamaño medio y al conjunto de empresas calificadas como “grandes” por Hacienda, la misma carga fiscal que a las PYMES, el Estado recaudaría al menos 50.000 millones de euros más cada año. Si se subiera los impuestos solo a las grandes fortunas de verdad, aquellas que disfrutan de rentas superiores a los 500.000 euros anuales, elevándoles el nivel impositivo en el IRPF hasta el 75%, frente al 45% que hoy tributan, se recaudarían 4.352 millones de euros adicionales. un sistema impositivo así, los ingresos fiscales aumentarían en 54.312 millones anuales, y desaparecería de un plumazo cualquier problema relacionado con la deuda pública española.