Creo que el próximo día 26 se celebra el día del libro. Toda obra literaria es como un tigre de papel, en él va la energía, la vida, de un autor. Ahora, la verdad, ya no son solo los tigres de papel, también los hay digitales, pero no dejan de ser productos creativos. Siempre digo que una sociedad que crea música, literatura, arte, etc. puede ser una sociedad con graves problemas pero no será nunca una sociedad muerta. Es el caso de nuestra querida Asturias. Problemas los hay, muchos y graves, pero el asturiano siempre tira para adelante; así lo hizo siempre a lo largo de la historia.
Y escrito esto nada mejor que tropezarme en Oviedo con el incansable escritor Ignacio Garcia Noriega. Estudiamos juntos el bachillerato en Los Dominicos de Oviedo y desde entonces nos profesamos un buen afecto. Alguien me había dicho no hace mucho que después de tantos años Gracia utilizaba por fin el ordenador para redactar sus escritos. Nada más lejos de la realidad. Me lo desmiente tajantemente. “Cuando hice el traslado de Llanes a Piloña apareció un paquete con un ordenador y otros cables que tengo abandonado en el sótano. Nunca supe de quien era. Cualquier día irá a la basura”. Ignacio Gracia Noriega produce sin parar libros, pregones, conferencias o artículos para las páginas de La Nueva España. Lo que se le ponga por delante. Su cultura es vasta y la facilidad de su pluma, nunca mejor dicho, sorprendente. Su último libro es “La poesía del mar” con patrocinio de HC que para eso Nicanor Fernández es un maestro de las relaciones públicas. Precisamente la Fundación Gustavo Bueno con el patrocinio de Reny Picot -su propietario el empresario Paco Rodríguez está en todos los guisos interesantes- está digitalizando toda la obra del escritor llanisco, cronista oficial para rabia del equipo gobernante, el PSOE, en el ayuntamiento; así lo han decidido los tribunales.
Quien es otro tigre, y por lo menos de bengala, en esto de la literatura, es el lavianés Albino Suárez. Fue minero -casi pierde la vida en un accidente laboral- y hace años le tuve de corresponsal y comentarista del alto Nalón en La Voz de Asturias. Durante años publicó una revista, precisamente titulada Alto Nalón, que contra viento y marea salió a la calle sin ayuda alguna hasta hace tres años en que su depauperada economía no pudo más. El bueno de Albino, que usa siempre sombrero tirolés como un auténtico glentman, acaba sin embargo de dar a luz otro interesante libro -supera ya los sesenta publicados- titulado “Los que no volvieron” en el que relata la historia de los mineros de Laviana que murieron en accidente. Son historias emotivas y desgarradoras producto de años de investigación y que presentará en sociedad en el Cidan de Pola de Laviana el próximo día 27 con intervención de Aida Fuentes Concheso y del alcalde Adrián Barbón Rodríguez. Albino Suárez se me queja de que apenas nadie le compra libros, comenzando por el Principado y es que la consejería de Cultura y Turismo que preside Mercedes Alvarez a través de la jefa de la sección de Coordinación Bibliotecaria Ana Isabel Cámara Solorzano ha enviado una comunicación a las bibliotecas informándoles de que a partir de ahora las compras de libros, discos, etc. solo se harán a través de librerías, eso sí, con un 15 por ciento de descuento, y nunca a través a de distribuidores ni de las propias editoriales. Un dato curioso, no se podrá facturar a nombre de una comunidad de bienes.
Lo que parece no será convocado este año -sería la decimoquinta vez- es el premio de novela Alfredo Quirós que cada año sacaba a la luz su hija Conchita Quirós, una de las libreras, a través de su establecimiento Cervantes -en funcionamiento desde 1921- en la ovetense calle de Doctor Casal, más importantes de España. Parece ser que la falta de patrocinadores lo hace, por el momento, inviable. Una pena, la verdad.