Según Citi, uno de los más importantes bancos norteamericanos de inversión, dentro de dos años, los cinco bancos tendrán, en España, el 85% del sistema financiero. Es decir, la concentración bancaria todavía no ha terminado. Porque estos grandes bancos siguen teniendo como objetivo aumentar aún más su ya extraordinaria concentración. Citi señala a bancos pequeños y medianos como podrían ser Liberbank y Unicaja. El banco estadounidense valora la posibilidad de que las nuevas fusiones lleguen a ser cinco, debido a la existencia todavía de un 20% del sistema financiero restante sin concentrar.
Desde el inicio de la crisis en 2008, se ha dado un nuevo salto en la concentración bancaria. Se ha devorado la cuota ocupada por las cajas de ahorro y se ha sacrificado al Popular. Es decir, el porcentaje de activos y depósitos que ya controlan los tres grandes bancos (Santander, BBVA y Caixabank) ha pasado del 42% en 2008 al 72% en la actualidad.
Pero hay algo importante que se oculta. También se ha dado un salto en la penetración de capital extranjero –principalmente el de Estados Unidos- en la gran banca española. Destaca el Santander, donde ha pasado del 21,39% en 2012 al 29,94% en 2017, a los que hay que sumar Blackrock y otros, lo que eleva el porcentaje al 40,11%. En el BBVA ha pasado del 46,9% en 2012 al 55,3% actual; en Bankinter del 29,72% al 33,11%; y en el Sabadell del 6% al 18%.
Recientemente la Plataforma por una Banca Pública publicó un manifiesto en el que denunciaba la concentración bancaria llevada a cabo desde el inicio de la crisis en 2008 hasta la actualidad, manifestando “la urgencia de una banca pública en España como la única línea de defensa efectiva ante el oligopolio bancario”. La Plataforma por una Banca Pública, ya en diciembre de 2014, publicó otro manifiesto por una banca pública que titulaba “Bankia pública. Banca pública. Bajo control democrático y con finalidad social”. Uno de sus objetivos actuales es paralizar la privatización de Bankia.
“Bankia pública ya”
Cuando se habla de cinco grandes entidades bancarias -Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell- se oculta que una de ellas es Bankia, todavía una banca pública en proceso de privatización y por tanto de “fusión” por uno de los tres grandes. Según el volumen de activos y depósitos Bankia ocupa el cuarto lugar por delante del Sabadell. (Santander 465.702 millones de euros, CaixaBank 337.384, BBVA 331.833, Bankia 183.953 y Sabadell 171.574. Por ello el bocado más importante es Bankia, un 12% aproximadamente del sistema financiero.
Frente a la extraordinaria concentración bancaria, la creación de un gran banco público estatal con las cajas y bancos rescatados con nuestro dinero (como mínimo unos 200.000 millones de euros), es un elemento primordial para poner en marcha un Plan Nacional de reindustrialización del país y modernización del tejido productivo que genere nueva riqueza y acabe con el paro y la precariedad.
Una banca pública que se convierta en el motor financiero de la inversión productiva reactivando el crédito destinado a la inversión y el consumo, la inversión en sectores estratégicos, en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), creando millones de puestos de trabajo productivos y de utilidad social.
Por supuesto, y dada la corrupción, el latrocinio y la desvergüenza que han imperado en las últimas décadas en las cajas de nuestro país, el nuevo banco público debe nacer y funcionar bajo unas estrictas normas de transparencia, auditoría, control y fiscalización de la gestión de esos recursos públicos. Es decir, una banca pública, democrática y transparente.