Sin la menor duda, el triunvirato andaluz nace carente de la necesaria sintonía entre sus aliados y con notoria ausencia de liderazgo por parte de su presidente, Moreno Bonilla (PP) unido al agravante que entraña gobernar formando parte de una coalición.
No habiendo tomado posesión todavía el citado Moreno, los dos miembros restantes, VOX y Ciudadanos, ya están manteniendo duros enfrentamientos, lo que nada bueno augura. Todo apunta a que las aspiraciones de Cs no se limitan a formar parte de un tripartito gobernando por los populares, advirtiendo a sus socios que no se sienten comprometidos con las componendas pactadas entre “VOX” y el “PP”.
Al igual que Abascal, Líder de VOX, se ha servido de sus 12 diputados en Andalucía para incrementar a nivel nacional su popularidad, las aspiraciones de Alberte Rivera (Ciudadanos) también superan la frontera andaluza, pensando en los próximos comicios de elecciones municipales y autonómicas a nivel país. La falta de cohesión entre VOX y Cs, ponen de manifiesto hasta que punto Juan Manuel Moreno tendrá que dedicarse a negociar en cada una de las iniciativas para los que se precise el refrendo del Parlamente. Sin ir más lejos para discutir los presupuestos andaluces para el 2019, nada más tomar posesión con todos los problemas que ello conlleva.
Es de suponer que los días 15 y 16 del presente mes de enero, la oposición organice las consiguientes movilizaciones callejeras con todas las fuerzas de izquierda, afiliados, votantes, sindicatos, etc. para generar para generar un duro ambiente de protesta como repudio contra la investidura de Moreno Bonilla.
En otro sentido, la estrategia de Susana Díaz consistirá en ganar tiempo hasta las elecciones municipales de mayo, basándose en lograr una remontada en Andalucía que le permita presentarse como el referente de socialismo andaluz tras 36 años de Gobierno. Son miles los afiliados al PSOE que perderán sus canonjías actuales lo que les inducirá a realizar lo indecible con tal de recuperar su estatus.
Díaz está totalmente convencida, o por lo menos así se esmera en aparentarlo que la fragilidad con que se inicia el Gobierno de Moreno Bonilla y sus aliados, durará un suspiro por sus manifiestos enfrentamientos desde el inicio de su actividad gubernamental.
Lo que nadie cuestiona es la seguridad con que la ex presidenta reclama su derecho a permanecer al frente de la oposición para retomar el Gobierno apoyándose en haber ganado las elecciones. No obstante, Susana Díaz conoce sobradamente el odio larvado que le profesa desde siempre Pedro Sánchez, de ahí que a través del delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, le recuerde que el futuro del partido en Andalucía "lo decidirán los militantes..."...¡¡Tiempo al tiempo!!