Llegó Pablo Casado -presidente del Partido Popular y para quien lo de la Ley de la Memoria Histórica es una batallita del abuelo- a Asturias y lo primero que suelta, con una coherencia personal que le avala, es que llega para "reconquistar" nuestra región y librarla del "frente popular".
Para el títere de Aznar la mitad de los asturianos -por lo menos- o claudican y se entregan ante el avance de las legiones ultra conservadoras -patrocinadas por el gran geoestratega, José María Aznar, y lideradas por Pablo Casado y Santiago Abascal, presidente de Vox- o no cuentan.
Dijo Pablo Casado que empezaron la reconquista por Andalucia y que la acabarán por Asturias. ¿Por qué no empieza la reconquista por su tierra, Palencia, y deja a los asturianos en paz?. Aquí lo que nos sobra, precisamente, es el populísmo retrógrado y de segunda mano que practica su formación desde que él la preside. Resulta triste que las nuevas generaciones que se incorporan a la política en puestos clave sean aún peores que las anteriores y con una falta de ética cuanto menos preocupante.
Y si seguimos con la ética, el BBVA tiene -¡como no!- aprobado por su Consejo de Administración, el llamado "Código de Conducta del Grupo BBVA". En general, todas las grandes corporaciones que en su labor diaria derrochan poca ética tienen asumido un "Código Ético" o, como en este caso, un "Código de Conducta".
El ex presidente del BBVA, Francisco González (se jubiló con la pensión máxima del Estado y un Plan de Pensiones adicional de unos 85 millones de euros o, lo que es lo mismo: más de 14 mil millones de las antiguas pesetas), siempre dado a solemnizar sus apariciones, a opinar sobre el bien y el mal, y a lo que debía hacer el trabajador español para ganarse el sueldo y el cielo de la dudosa pensión, contrató al comisario Villarejo, con el dinero de las comisiones bancarias aplicadas a los clientes, para espiar, sin ningún tipo de garantía jurídica, a miles de supuestos rivales.
Personajes tan capaces como Francisco González, que van sobrados por la vida, tienen un "Código Ético" para proclamar y otro "Código Nocivo e Inmoral" para usar.
Uno de los miles de espiados, según se publicó, ha sido el antiguo colaborador -o, tal vez socio de Francisco González-, Miguel Sebastián, quien también fuera Ministro de Industria, Turismo y Comercio en el Gobierno de España que presidió José Luis Rodriguez Zapatero. Siempre corrieron los rumores de que en su momento FG junto a otros miembros de su cuadrilla, como IG, realizaron dudosas maniobras que perjudicaron gravemente a MS. El asunto se archivó, pero los actores beneficiados con el paso del tiempo siempre duermen con el miedo en el cuerpo de que el tema se reabra y se investigue en profundidad. ¡Tela marinera!.