Sus familiares y amigos conocíamos su delicada situación y nos temíamos que no tardaría en dejarnos. Agotó el año: no se quiso perder ni un solo día de 2018, pero tal vez sabía que no tenía fuerzas para afrontar uno nuevo (quiero pensar que fue una muestra de su carácter apasionado). Manolo vivió con intensidad todo lo que hizo; y la verdad es que hizo muchas cosas.
Fue el alcalde del 79, el primero de la democracia que comenzamos a recorrer tras la Constitución del 78. Fue el alcalde que inició una transformación de Avilés que no se ha detenido en estos casi 40 años transcurridos desde las primeras elecciones municipales tras la dictadura. Quienes le seguimos al frente de la alcaldía, construimos sobre lo que él impulsó, añadiendo nuevos planteamientos.
No voy a enumerar todos y cada uno de sus logros, pero Manolo fue especialmente brillante a la hora de entender y sacar el máximo partido a la capacidad del Ayuntamiento para mejorar la vida de la gente. Procedía del movimiento vecinal e impulsó la participación ciudadana como modo de gestión; se ocupó del medio ambiente, de la cultura, de los nuevos equipamientos, de las infraestructuras, de los nuevos servicios (como el pionero Centro de Planificación Familiar)… Hoy, todo nos parece normal porque forma parte de nuestra vida cotidiana, pero en aquel momento, casi cuatro décadas atrás, casi nada estaba en su sitio y la mayor parte de las cosas, ni siquiera estaban.
Conocí a Manolo finales de los 70 y, desde entonces, tuve la ocasión de compartir con él muchos proyectos que siempre impulsó con ilusión, esfuerzo y dedicación. Supo aglutinar en torno a él a un grupo de personas a quienes nos inculcó sus ganas y sus ansias por la actividad política entendida como transformadora y superadora de barreras y desigualdades.
Los avilesinos tenemos motivos sobrados para sentirnos muy orgullosos de la trayectoria política de Manuel Ponga, no solo como alcalde, sino también durante su etapa como Delegado del Gobierno (conozco bien su contribución en ese momento para que se firmara el convenio para el Saneamiento Integral de la Ría de Avilés). Orgullosos también de su periodo al frente de la Autoridad Portuaria: proyectó e inició la ampliación en la margen derecha, haciendo posible que nuevas industrias se desarrollen al amparo de las nuevas instalaciones portuarias, e imaginó el Puerto de Avilés con cruceros, que ya forman parte de nuestro paisaje urbano.
Pero además de su pasión política, Manolo tenía otra aún mayor: su familia y amigos. Siempre le gustó compartir los momentos con los suyos, con su gente. Entre todos ellos, que son muchos, he tenido la suerte de estar también yo, compartiendo trayectoria política y vital, siempre junto a Juana Mari. Los socialistas hemos perdido a un compañero ejemplar y los avilesinos a un hombre que se ha dedicado con fervor al servicio de Avilés. Yo, además de todo eso, he perdido a un gran amigo al que seguiré teniendo como referente y añorando con cariño y admiración.
Santiago Rodríguez Vega
Alcalde de Avilés 1988-1995 y 1999-2007
Presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés