Para el portavoz de Izquierda Unida en la Junta General del Principado Gaspar Llamazares hay vida más allá de Podemos por lo que mantiene firme su renuncia a cualquier cargo en IU federal, no son renumerados, aunque no lo hace a nivel regional, pese a que algunos le echan en cara cobrar casi 10.00 euros brutos en nómina pública este mes, y es que su distanciamiento con Alberto Garzón, completamente en manos de Pablo Iglesias, es total, preparándose para dinamizar su agrupación "Actúa" junto al otro Garzón, Baltasar, pensando sin duda en las próximas elecciones al parlamento europeo y también, ¿Por qué no?, en encabezar la lista de IU al parlamento asturiano en las elecciones autonómicas.
Gaspar Llamazares es un político profesional, eso sí, siempre elegido democráticamente por los ciudadanos, parlamentario brillante y defensor desde sus postulados de Asturias donde ha convivido muy bien con sus compañeros socialistas logrando en más de una legislatura que la izquierda conservara el poder en nuestra autonomía. Médico de profesión con plaza en el SESPA su alejamiento del ejercicio de la medicina durante tantos años le hace muy difícil abandonar la política para volver a dedicarse a ella. Su futuro, por tanto, en la coalición asturiana es una incógnita, máxime cuando el actual coordinador general Ramón Arguelles también quiere ser cabeza de candidatura a la Junta General del Principado. Siendo el de IU el grupo parlamentario autonómico más importante de España, cuenta con cinco escaños de un total de 45, su desajuste a consecuencia de lo que comento podría contribuir a que la derecha gobierne el Principado a partir de mayo próximo, máxime si PP y Foro unen fuerzas con Carmen Moriyón a la cabeza aunque para ello Pablo Casado tiene que defenestrar a Mercedes Fernández metiéndola en la lista popular al parlamento europeo para alejarla de la Asturias de sus amores.
El caso es que celebré unas navidades no blancas sino soleadas en paz, armonía y familia. El lunes a mediodía la calle donde nací, la ovetense de San Bernabé, estaba a reventar. El empresario Roberto Ferrero, cuya hija regenta "Carta de ajuste", me confirma que en breve se iniciarán las obras en el antiguo Teatro Arango de Gijón donde se va a instalar un gran Burger King creando unas decenas de puestos de trabajo y que a punto han estado de perderse por la demora del ayuntamiento en conceder la licencia de obras. Menos mal que la intervención de la alcaldesa Carmen Moriyón lo ha evitado agilizando el papeleo.
Mientras espero el pitu de caleya que Silverio Almeida me prepara en su establecimiento "Viggó", de moda en la zona de la Gesta, hoy plaza del Fresno, el cantautor Avelino López, buen amigo y mejor chaval, nos deleita con unos tangos a la guitarra, instrumento que mejor toca que canta. Es un apasionado del periodismo, que ejerció años ha, y buen catador del Oviedin del alma, especialmente de sus círculos izquierdosos.
Cuando ya quedan pocos días para que el Partido Popular deshoje la margarita de su candidato al ayuntamiento de la capital tengo la impresión de que definitivamente será el joven senador Mario Arias quien a la chita callando viene desde hace meses pateando la ciudad para conocer sus necesidades y a sus habitantes. El grupo local que encabeza Agustín Iglesias Caunedo le apoya y como buen presagio además les ha tocado encima lo jugado en la lotería del "Gordo". Doble ración de turrón para el concejal Gerardo Antuña que como Llamazares tampoco quiere apearse de la piragüa política.
Javier Fernández y sus colegas de Aragón y de Castilla León se han entrevistado hoy en Madrid durante más de tres horas con la ministra Teresa Ribera buscando que las cuencas mineras con el cierre de explotaciones y térmicas no se vengan definitivamente abajo y así los pocos jóvenes que aún quedan en ellas no terminen marchándose. Cojo por la palabra al rey Felipe VI en su decidida apuesta por el futuro de los mismos, palabras de su discurso de Navidad a la nación. El 2019 no será desde luego un año fácil para los asturianos, a punto de ser ya menos de un millón en esta bendita tierra, pero como siempre me decía mi abuela, sabia y rural, no hay tormenta que no escampe.