María Dolores de Cospedal estuvo ayer la mar de contenta -después de haber dimitido de sus cargos en la dirección nacional del Partido Popular- en la celebración del cumpleaños del periódico "La Razón".
"Como Secretaria General del PP tenía la obligación de saber lo que pasaba a mi alrededor, por eso me reunía con el comisario de la policía Villarejo", confesó la afectada para tratar de desviar el verdadero objetivo de las reuniones que ella y su marido Ignacio López del Hierro (que no ostentaba cargo alguno ... en el Partido Popular) mantuvieron con Villarejo, y que no eran otras que las de entorpecer con todo tipo de tretas, deplorables y mafiosas, las investigaciones sobre la corrupción generalizada del Partido Popular a la par que conseguir, para uso personal, datos sospechosos de sus rivales políticos incluso de algunos compañeros de su propia formación.
Cuando María Dolores de Cospedal tuvo que responder en calidad de testigo -no podía mentir- ante el juez sobre la financiación irregular del Partido Popular y la trama Gürtel: mintió. Ahora se sabe con rotundidad comparando las fechas de las conversaciones con Villarejo y las fechas posteriores en las que tuvo que comparecer ante los tribunales.
¿No debería actuar de oficio la fiscalía, sabiendo esos nuevos datos, para inculparla por delito de falsedad ante la justicia?. En definitiva por haber mentido descaradamente.
Aunque sea en diferido estaría bien para poner a cada cual en su sitio. A Cospedal, a Pablo Casado y a la damnificada por los dos anteriores, Soraya Sáenz de Santamaría.
