Con la sobriedad y el pragmatismo de siempre se celebró esta tarde en el Teatro Campoamor la 38 ceremonia de los Premios Princesa de Asturias sin la presencia todavía de la heredera de la Corona Leanor de Borbón que el próximo día 30 cumplirá 13 años pero a la que aún sus padres, los Reyes de España, no se han decidido a traerla a Oviedo aunque en septiembre si estuvo junto con su hermana en Covadonga en otro emotivo acto en el que el pueblo asturiano le ofreció su admiración y cariño.
Como es también tradicional desde 2011 grupos radicales de izquierda y republicanos se concentraron en la plaza de La Escandalera protestando contra los Reyes de España y el acto de la entrega de premios. Una pancarta con la ya clásica expresión en este tipo de protesta, la inscripción de "fartones", estaba encaramada con una frase ofensiva contra la religión católica que me niego a reproducir. Que sería si en lugar de faltar a Dios sus autores se metieran con Alá o Mahoma. Desde luego no dormirían tranquilos aunque fueran el mismísimo Willy Toledo.
Esta 38 edición ha sido también la primera en la que el doctor Luis Fernández-Vega, a quien se le vio verdaderamente emocionado, asiste como presidente de la Fundación Princesa de Asturias, y la última en la que Javier Fernández lo hizo como presidente del Principado. Entre el público si vi al líder del PP Pablo Casado, también a ese moderno Robín Hood que es el padre Angel, al hijo de Adolfo Suárez, socio destacado del despacho de abogados Ontier; no vi a la diputada socialista Adriana Lastra ni tampoco al secretario general de la FSA Adrián Barbón. Me alegro que en esta edición el periodismo a través de la reportera mexicana premiada Alma Guillermoprieto haya ocupado un espacio importante como reconocimiento a una profesión a la que tanto debe la libertad y la democracia en tiempos además nada fáciles para los profesionales de la comunicación, al menos en nuestros país y también en el suyo.
Felipe VI alabó la Constitución que será debidamente homenajeada el próximo 6 de diciembre en que cumplirá su cuarenta aniversario de ser ratificada por el pueblo español, garantía de nuestra soberanía nacional, de nuestra democracia y libertad que es lo que verdaderamente representa para los españoles. En esta ocasión cinco han sido los ministros, con la vicepresidente Carmen Calvo a la cabeza, los que acudieron a Oviedo para asistir al acto mientras Pablo Iglesias visitaba al inefable Junqueras en la carel, supongo que para negociar sobre los presupuestos cuyo borrador ha comenzado a ser examinado con lupa en Bruselas.
Mientras la "jet society" participaba en esta 38 entrega de los premios Princesa de Asturias, el ciudadano de a pié comía el "desarme", llenando todos los bares y restaurantes de Oviedo y periferia. Mañana lo hará lo con tranquilidad el presidente de la Xunta Alberto Nuñez Feijoo a quien la cofradía de tan popular manjar, garbanzos con bacalao y espinacas, callos y arroz con leche, le entregará el título de cofrade de honor de la misma. Como a Popeye con las espinacas espero que a Feijoo y también a Javier Fernández este tradicional menú les de fuerzas para enfrentarse a la multinacional ALCOA en busca de evitar el cierre de sus plantas de Avilés y La Coruña. La otra sociedad asturiana, la laboral, ya ha comenzado a agitarse y además de las protestas en defensa de la factoría avilesina del aluminio los 23.000 trabajadores del metal anuncian para noviembre una huelga de doce días ante los infructuosos contactos que patronal y sindicatos tienen sobre un nuevo convenio colectivo.
Pero en jornada tan agitada, por unos y otros conceptos, me quedo con la emotiva frase del Rey Felipe VI que al final de su discurso en el Teatro Campoamor fue rotundo manifestando: "Gracias, Asturias". De nada y a mandar, Majestad, esta es la tierra de su esposa. Bien sabe usted que aquí se respeta a la Corona y también ser cuna de España.