Lamentablemente está acertado el presidente de FADE Belarmino Feito al manifestar que esta es una semana negra para Asturias, con la inutilización de parte de las baterías de coque en Avilés por un incendio y el sorpresivo anuncio, aunque en medios sindicales se veía venir, del cierre de la factoría de ALCOA, junto con la de La Coruña, que entre directos e indirectos afectará a más de mil trabajadores.
Esto es lo que ocurre cuando la clase empresarial propia de la región es débil y son las multinacionales las que marcan el paso, que tan pronto aparecen como desaparecen, caso de esta multinacional de aluminio.
Lo cierto es que una fuerte depresión, y no climatológica precisamente, ha entrado en el Principado y en el fondo son las eléctricas, la mafia industrial por excelencia, las que nos conduce a ella. El haber quitado a factorías como la que nos ocupa poder disfrutar de tarifas especiales en cuanto al consumo de electricidad y con ello el posible abaratamiento que las haría más competitivas, la caída del mercado del aluminio, las heridas que supusieron aquellas inundaciones de hace años y la presión salarial, han llevado a ALCOA a anunciar su marcha lo que ha provocado el rechazo del gobierno que preside Javier Fernández, de la patronal, de lo sindicatos y supongo que del resto de los partidos con representación parlamentaria. Vaya final de legislatura que se nos avecina con una clara de falta de liderazgo en nuestra autonomía y sin apenas capacidad de reacción de nuestra sociedad.
A esta situación hay que añadir lo que en un principio parece una buena noticia, el acuerdo logrado en Madrid entre los sindicatos mineros y el Ministerio de Energía y Medio Ambiente sobre el futuro del carbón nacional. Claro que leyendo la letra pequeña ya no me parece tan buena noticia puesto que lo único que está claro es que los puestos de trabajo irán reduciéndose, eso sí, con excelentes condiciones de cese para los trabajadores afectados. Hay promesa de inversión de mil millones de euros en las cuencas pero no sabemos en qué ni con que proyectos. Además, en el caso de Asturias a los casi 300 trabajadores de subcontratas se les ignora lo que ha hecho que comiencen a movilizarse.
En el caso de HUNOSA, cuyo plan de futuro, por así llamarlo, comenzará a negociarse dentro de unas semanas, han comenzado a ser despedidos trabajadores de las subcontratas, concretamente del Pozo Carrio en Laviana, en donde, por cierto, aún hay mineros polacos y checos. La ministra Teresa Ribera, mujer de armas tomar, continúa augurando mal futuro para las térmicas y ahora sitúa la fecha de su cese en el 2028, para entonces todos calvos. Desde luego sin ellas no hay futuro alguno para nuestro combustible autóctono comenzando porque además organizaciones ecologistas como Greenpeace la tienen también jurada a la hulla y a la antracita de nuestras explotciones.
Lo digo si acritud, no se si habrá llegado el momento de salir a la calle como ocurrió en los años 80 cuando más de 80.000 ciudadanos se manifestaron en Avilés contra el desmantelamiento de ENSIDESA. Claro que siempre nos quedará la esperanza, tal como dijo nuestra diputada Adriana Lastra, que Pedro Sánchez intervenga de verdad a favor de Asturias ya que según la política riosellana el jefe habla todos los días con el secretario de la FSA Adrián Barbón. De ser verdad espero no sea un diálogo de sordos.