Tiempo hacía que no acudía a la zona del bajo Nalón, donde el mítico río asturiano se integra en el Cantábrico, a un lado San Juan de la Arena, al otro San Esteban de Pravia donde vive una prima mía, Pilar Fernández Guerra, que siempre me comenta con cierta tristeza que aquello es un geriátrico dada la edad de su población, lejos ya de aquel ambicioso proyecto que el entonces presidente del Principado Juan Luis Rodríguez-Vigil encargo como bombazo turístico al arquitecto José María Pérez, más conocido por "Peridis", y que al final, como tantas otras cosas en Asturias, quedó en agua de borrajas. El caso es que entre San Esteban de Pravia y San Juande la Arena no existe todavía la ansiada pasarela que los una y en verano vecinos y turistas deben utilizar los servicios de "La Carmela", lancha que sirve para llevarlos de orilla a orilla por un módico precio.
El hábitat de la zona portuaria de San Esteban de Pravia ha mejorado con un cierto acicalamiento de su zona portuaria sobre la que solo los más viejos del lugar se acuerdan del emporio que fue cuando el carbón de la cuenca central fluía a través del ferrocarril para ser embarcado hacia otros puertos españoles. Hoy sigue llegando el ferrocarril, el FEVE, ahora RENFE, tren de vía estrecha que por razones que desconozco, aunque seguro que la mala gestión está presente, es muy poco utilizado. Una lástima porque es un trayecto delicioso el ir de Oviedo a San Esteban de Pravia o viceversa y si haces un alto en el apeadero de Candamo mejor que mejor puesto que te deja justo frente al restaurante de Viri, establecimiento emblemático de la restauración asturiana. La red ferroviaria de vía estrecha asturiana se está cayendo a trozos sin que nadie lo remedie y es que ni siquiera hemos tenido la capacidad de los vascos de cómo autonomía histórica que somos, mal que les pese a algunos, habernos anexionado la gestión de la misma.
Con motivo de este viaje tuve ocasión de reunirme con unos dignos residentes en la zona, mi colega Borja Márquez y su esposa Carlora, que rejuvenecen sin duda paseando un día sí y otro también por el espigón. El fundador y editor del periódico "El Fielato" es historia viva de la comunicación en Asturias. Hace años nadie daba un duro por aquella iniciativa de publicar un semanario gratuito en el oriente del Principado con sede en Cangas de Onís y hoy ya gerenciado por su hija es el medio de comunicación más influyente de la zona, donde panaderos y lecheros cumplen como repartidores fieles del mismo además de disponer "El Fielato", y también su hermano menor "El Nora", para Llanera Siero y compañía, de una muy completa edición digital.
De San Esteban de Pravia es otro destacado comunicador, Xuan Cándano, redactor del centro regional de Televisión Española y fundador de la revista Atlántica XXII. Persona inquieta, defensor de las causas posibles y alguna imposible, hoy he descubierto el secreto de su dinamismo incombustible y es que cada día al atardecer se da un baño en las aguas del Cantábrico frente a la desembocadura del Nalón. Xuan Cándano, cuyo espíritu crítico como periodista siempre he admirado, fue incluso años atrás concejal de Muros del Nalón, municipio al que pertenece San Esteban de Pravia, integrado en una candidatura de ciudadanos independientes como no podía ser de otra manera.
Con la autovía que nos comunica con Galicia visitar esta zona es hoy un paseo de no más de 40 minutos. En San Esteban de Pravia saludó también al ovetense Carlos Ibarburen, ciudadano de gran cultura e interés por la actualidad, al que hacía años que no veía, desde cuando iba a visitarme a la redacción de "La Voz de Asturias" en la calle de General Elorza y en unión de Borja y Carlota doy cuenta de un magnífico bacalao al pil pil en "La Balanza", acogedor restaurante frente a la ría donde Alberto, veterano hostelero en Oviedo años atrás, mantiene muy vivo el fuego de unos buenos fogones en esta zona que con "Peridis" en el recuerdo solo hace falta que algún gobierno que llegue a los despachos de Suárez de la Riva decida apostar de verdad por ella. Somos un paraíso natural desperdiciado y en estos tiempos bien que lo lamentan los ciudadanos de a pié. Los otros, los políticos, suelen ir en coche oficial aunque siempre nos quedará cruzar el Nalón en "La Carmela", ¡ay!.