Como el título de aquella inolvidable película de Stanley Kramer, "El mundo está loco, loco, loco", o al menos así me lo parece desde la apacible Vetusta.
Miren por donde el psicoesteta asturiano Ramiro Fernández pasará a la historia por haber sido el peluquero de la selección nacional de fútbol que hizo el último corte el pelo a Julen Lopetegui como efímero seleccionar nacional y también el último rapado a Fernando Hierro antes de sucederle. Para mi que a dos días de iniciarse el Mundial de Fútbol en Rusia somos el hazmerreir internacional. Creo que ni el Real Madrid, con el feo estilo que caracteriza a su presidente Florentino Pérez, ni quien será su nuevo entrenador, el ex portero Lopetegui han actuado bien. Aunque dolorosa y arriesgada comparto la decisión del presidente de la Federación Luis Rubiales quien se enteró del fichaje cinco minutos antes de que se hiciera oficial la noticia.
Es Fernando Hierro quien se hace cargo de la selección española en este mundial. Buen tipo su experiencia como entrenador se limita a haber sido adjunto a Ancelotti en el Real Madrid y a dirigir al Real Oviedo durante una temporada en que dejó al equipo octavo. Fue un gran jugador y sabe de fútbol pero me parecen un tanto "amarrategui" en sus decisiones como entrenador. Me temo que lo ocurrido perjudicará sin duda al equipo de España y que, por tanto, no llegará muy lejos en este mundial. Ojala me equivoque.
Como todo ciudadano que llega como presidente a La Moncloa Pedro Sánchez empieza a recibir sustos. Su flamante ministro de Cultura y Deportes, el periodista de medio pelo Maxím Huerta, defraudó no hace mucho a Hacienda regularizando posteriormente, tras fuerte sanción, su situación tributaria. A mi me da la impresión, y siento decirlo de un colega, de que este chico es un poco cantamañanas, como que va de divo de segunda división por la vida. Por lo que he visto hasta el momento solo el líder de Podemos Pablo Iglesias pide su dimisión. Lo suscribo pero, no tengan miedo, todo aquel que sube a la piragua del poder se aferra de tal manera a ella que no hay manera de bajarle de la misma por muy procelosas aguas en las que se haya metido.
Otro lío increíble para los asturianos, la crisis que ha surgido en el seno de Foro con un claro enfrentamiento entre su fundador y secretario general Francisco Alvarez-Cascos y la presidenta Cristina Coto, política de raza de la derecha asturiana. Esta tarde se reúne la junta directiva de Foro a la que no asistirá por decisión propia la presidenta quien probablemente será cesada en el cargo. Como es joven, y guapa por supuesto, si queda libre de sus ataduras foristas sería un buen fichaje para Ciudadanos o un digno retorno a su antiguo partido, el Partido Popular.
Siento escribir que estoy de acuerdo con la ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera. Debe ser la primera vez en la reciente historia de nuestra maltrecha minería en que una política de primer nivel habla alto y claro; esto es, sin tapujos. El carbón asturiano no tiene futuro. Las minas de la zona de suroccidente están cerradas o sin actividad tras la nefasta gestión de unos empresarios del carbón, algunos procesados y otros, incluso, que han estado en la cárcel. En cuanto a las cuencas de la zona central la otra importante empresa pública HUNOSA solo tiene tres pozos en funcionamiento, Carrio, Santiago y Nicolasa, camino de la paralización definitiva a finales de año. Quedan en activo cuatro mineros y además no tienen ningún José Angel Fernández Villa al frente que sea capaz, como lo fue, de movilizar las cuencas y Asturias en defensa del Nalón y del Caudal. La actual presidenta de HUNOSA Teresa Mallada, ingeniera de minas de la propia HUNOSA, ha desempeñado dignamente su papel como persona de máxima confianza de la lideresa Mercedes Fernández. Sin duda ésta en mayo próximo la premiará incluyéndola en la lista del PP a la Junta General del Principado.
El otro cargo, el del delegado del Gobierno Mariano Marín, regresará a su bufete en Gijón y encabezará en su momento la lista popular al ayuntamiento de la villa de Jovellanos. Pero volviendo a la minería, lo que hay que amarrar son esas ayudas que promete la ministra Ribera. Ayudas a las cuencas hubo muchas a lo largo de los años pero la mayoría de las mismas fueron mal empleadas. Sin duda el destino de Asturias hubiera sido otro, no sé si mejor o peor, si en 1983 hubiéramos aceptado los 400.000 millones de pesetas que el entonces ministro de Economía Carlos Solchaga ofreció al Principado a cambio del cierre de los pozos hulleros.
Por supuesto que también me preocupa la crisis de Izquierda Unida. Alberto Garzón y los madrileños quieren manejar la organización para entregarla a Podemos, pero en Asturias han dado en hueso duro. Los auténticos, con Gaspar Llamazares y Alejandro Suárez a la cabeza, no tragan eso de que de la noche a la mañana aparezcan 500 nuevos militantes para votar a favor de la fusión. Eso sí, el coordinador regional Ramón Arguelles, cual moderno Pilatos, se ha lavado las manos absteniéndose. Insisto en lo escrito otras veces, para Asturias que Gaspar Llamazares, por ejemplo, pierda su condición de diputado sería muy negativo para la política asturiana de izquierdas.
Entre tanto, perdónenme, debo buscar una cárcel atopadiza para Undargarín y es que el que fue considerado como yerno ideal ya no lo es tanto.